REDACCIÓ14 Febrer, 2021
Según las creencias de las religiones tradicionales africanas, los ancestros viven para siempre y cuidan de los vivos allá donde se encuentren. Estos son los que han tenido el poder en algún momento, las personas más sabias y los más “puros”. Su lugar de residencia, después que el cuerpo se desvanezca es el bosque, pero no uno cualquiera, sino uno sagrado, aquel donde residen todas las almas de las personas que han fallecido y donde descansan por siempre.
En muchas religiones tradicionales africanas, particularmente en aquellas donde se rinde culto a los ancestros, el bosque sagrado es el sitio más significativo para la comunidad, siendo un sitio reservado para acciones de culto.
Su entrada está reservada a unos pocos, no todo el mundo puede entrar. Es un lugar para los iniciados y para que los ancianos de la comunidad, vayan a tomar decisiones o realicen cultos, dado que es un sitio sagrado y limpio de cualquier maldad foránea.
El bosque sagrado para los miembros de la comunidad tiene un significado que se sitúa entre el miedo y la veneración, ya que su respeto hacia los mayores y las antiguas generaciones es absoluto y forma parte de su identidad, tal es el punto de respeto que existe la creencia que si incumplen las normas del lugar pueden contraer enfermedades.
Veo una curiosa conexión con nuestra situación actual en referencia a los lugares donde se toman las decisiones.
“Hoy paseando por el bosque he oído voces que me hablaban”
Muchas veces, hemos escuchado en infinidad de métodos para la curación personal que el pasear por la naturaleza, es decir por el bosque limpia el alma de nuestras preocupaciones y nos conecta con nuestro “yo” interior y puede que estos lugares sí que tengan esos poderes curativos, vinculados a estos ancestros. Son lugares de curación.
Hoy muestro una serie de obras que representan a ancestros, personalidades del lugar que eran veneradas por su sabiduría y actos. En este caso todas las obras que se presentan pertenecen a la etnia Lobi y en ningún caso, ellos, podrían encontrarse de forma física en el bosque, sino que estarían guardados en los poblados, concretamente en los altares familiares o bien de la comunidad, dado que siempre hacían servicio al pueblo en vida.
La població nativa tenia aquest metall al seu abast i com quelcom oblidat o bé poc utilitzat, ja que no tenien la necessitat d’obtenir-lo en la mesura que ho feien els colons occidentals, va haver de posar-se al dia, ja que les incursions colones, d’alguna manera eren també amb caràcter de tipus comercial. Podríem dir que es van signar negocis entre pobles natius i occidentals, tot i que l’explotació i el saqueig va ser el més abundant.
L’exposició ‘
Arjona
Que bien sienta empezar el año con cultura. Sí, ese elemento que caracteriza a todos los humanos, que nos ha acompañado y sonreído siempre, hasta en los momentos más amargos de guerras y tristezas humanas.
Por otra parte, y dado el momento que el país vive, esta exposición quiere que, pese al abandono institucional que existe en Europa con los conflictos externos a la comunidad europea, haya un lugar al que se pueda ir a reflexionar sobre el país, para darle valor y concienciar de la situación que este vive.”
En aquests moments d’incertesa i en un any que hem viscut moments de tota mena, on la vida i la salut han estat per damunt de tot, des de l’Observatori de Drets Humans a Catalunya volem llençar un missatge d’esperança per aquest nou any 2021, on esperem que junts a la Medicina, la bona feina ciutadana i el respecte, es pugui aconseguir sortir d’aquests moments tan difícils que estem travessant.
No puc fugir l’allò que ja és part de mi. No puc pensar que amb el simple fet d’acabar amb una relació, un moment, un canvi d’any… tot canviarà a diferent, que jo canviaré i també la meva vida, si ho fes, seria un innocent, un brètol i també un babau. Els corrents d’aire continuaran entrant a la nova habitació, tant les noves com les antigues, continuaran movent les branques dels arbres i embrutant els nostres carrers de fulles, continuaran movent els núvols portant pluges i tempestes, serà aquest aire el que també acabarà amb els nostres mals, serà aquest aprenentatge el que ens farà créixer, només amb l’experiència serà que podrem prosperar.
Amics lectors, aquest any ha sigut molt dur per tots, no hi ha dubte, pel que fa a la meva experiència vital: he plorat, he estat nerviós, hi va haver un moment en el qual jo no veia el final del túnel… Però, vull transmetre la totalitat del que he viscut i aquest any també he rigut, he compartit moments inoblidables, he crescut, he creat, he ajudat…
Qué curiosa es la mente humana y qué importantes son los gestos que hacemos. Este objeto parece que quiera abrazarte, en otras ocasiones saludarte, darte la bienvenida amistosamente en caso de que seas amigo o bien no dejarte entrar al lugar en caso de ser enemigo y poder conjurarte algo maligno.
El dia 10 de Desembre és el dia fixat per celebrar els Drets Humans. Uns drets que van néixer l’any 1948 de la mà de l’ONU amb la finalitat que la llibertat, la justícia i la Pau al món perdurés després dels anys de tristesa, conflictes i guerra que el món va viure, no obstant això, aquests ja pertanyien a la dona i a l’home des de sempre.
Això, que sembla que estigui molt lluny de la societat i l’espai on vivim nosaltres, crec que no està tan lluny, de fet, considero que actualment hi ha una important segregació no només racial sinó de “classe”, si és que tot això existeix, ja que moltes vegades m’ho he qüestionat.
El que fa especial aquesta obra, a més de ser un objecte extremadament fi i bell, és que tot i ser una màscara “Elu” dels Ogoni, de Nigèria incorpora escarificacions d’una cultura veïna, els Idoma, fet que la fa molt especial i una exemplificació ideal del sincretisme africà. I que incorpora, segons el meu criteri, un valor afegit.
“Cuando apenas había salido el sol en la mañana, en el más absoluto silencio, en medio de aquel lugar árido, donde apenas se veían árboles frondosos ya que apenas nacen plantas, se escucharon una infinidad de sonidos estridentes y otros más dulces, parecía el revuelo de unas aves cantoras sonando a la vez con cierta harmonía, como si de un concierto de Ara Malikian se tratase, eran los sonidos de las flautas de los Lobi de Burkina Faso, que sonaban desde diferentes direcciones, generando un diálogo entre ellas, como si hablasen.
Estos instrumentos musicales, de bellas formas, cumplían una función práctica para la vida diaria de los miembros de la comunidad, ya que habían desarrollado un lenguaje de notas, sonidos y vibraciones musicales que les ayudaba a comunicarse para no hacer ruidos demasiado sonoros que espantasen a los animales y poder asi acercarse a ellos sin levantar sospecha en grupo.
