02. Maig 2024

Arxius de Yanja El Khattat | Diari La República Checa

REDACCIÓ29 Gener, 2021

España, ¿Dónde estás? Nadie lo sabe. En estos días de viaje a Dakhla (región del sur de Marruecos con 150 mil habitantes), la delegación de periodistas y touroperadors que viajamos a la región, hemos conocido a personalidades de diferentes ámbitos: político, financiero, turístico y de la sociedad civil.

En todos estos encuentros ha habido un denominador común: España, ¿Dónde estás? Y es que todo el mundo de la región echa en falta a España y más concretamente a actitudes claras e firmes del poder político. Ya sea para invertir, para visitar o para promocionar, Dakhla desea recibir atención española. Todas las personalidades entrevistadas han hablado de “dejadez” y de ausencia por parte de La Moncloa.

El director de la Academia de Lengua Unamuno, Brahim Hameyada, lleva desde 2015 enseñando castellano sin recibir ningún tipo de ayuda. Es por ello que aprovechó nuestra reunión para mandar un SOS al gobierno de Pedro Sánchez, ya que “existe la posibilidad real de que se pierda el castellano en la región”, rompiendo así los lazos históricos.

Por su lado, el presidente del Consejo Regional de Turismo de Dakhla, Ahmed Abdellaoui, pidió a los empresarios hispanos que se olviden de las guerras políticas  y de las ideologias y que apuesten por el desarrollo de la zona. A su vez, mostró su preferencia en cuanto a la procedencia del capital inversor, él prefiere que las inversiones sean españolas por encima de cualquier otro origen. Y es así por los lazos históricos (y sentimentales) que unen ambos territorios. No quiere que España “desaproveche esta oportunidad” que se vislumbra única. “Ganamos todos”, expresa.

Incluso el presidente de la región, Yanja El Khattat, lanzó al aire su deseo de que España tenga importancia en el futuro desarollo del territorio. Tanto en materia inversora, como financiera, como turística. En definitiva, todos esperen que España asuma una quota de protagonismo en el futuro más inmediato de las provincias del sur de Marruecos. Ahora, le compte a La Moncloa decidir que quiere hacer delante de un llamamiento de ‘nuestros hermanos’.

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REDACCIÓ27 Gener, 2021
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Yanja El Khattat

La aventura  a Dakhla vivía su segundo día. La palabra “sueño” ya no se aparecía en nuestras mentes. Después de una jornada de turismo, le llegaba el turno a la política y a la diligencia. Tras el desayuno, la delegación española y mexicana, acompañados por el vicepresidente de la Asociación Marroquina por la comunicación, el desarollo socioeconómico y la inversión, subíamos al coche dirección al centro de Dakhla, concretamente, hacia a la presidencia regional – en Cataluña sería el Palau de la Generalitat -, dónde ya nos esperaba el presidente Yanja El Khattat.

Llegamos al recinto. Salgo del 4×4 con mi traje, mis zapatos de vestir y mis gafas de sol. Cualquiera pensaría que me sacaron de la película ‘Reservoir Dogs’. Realmente, yo ya era consciente de esta visita antes siquiera de coger el avión, por lo que preparé la vestimenta apropiada para los asuntos diplomáticos y reuniones políticas. Falló un pequeño detalle: mi fiel mochila roja. Por suerte, iba a juego con la bandera de Marruecos. Salvado por el destino, nunca mejor dicho.

Nada más entrar por la puerta del ‘palacio gubernamental’, sabía que aquella sería una experiencia única. ¿Alguna vez se han sentido importantes delante de las cámaras? Era el momento. Subimos a la sala de actos prácticamente escoltados. Al entrar en el salón, una decena de cámaras nos apuntaban con sus focos y nos cegaban con sus flashes. Sin demasiado tiempo para organizar el asiento de cada uno, nos sentamos rodeados de periodistas marroquís. Ocupaban los asientos: Ricard Checa, presidente del Observatorio de los Derechos Humanos de Cataluñaa; Patrick Monney periodista de la revista Luxe and class de México; Javier Fernández director de la revista Atalayar; Omar El Alaoui El Balrhiti presidente fundador de ‘Nord Sud Action’; Hector Fuentes Magallanes director de la agencia TravelQuest de México y yo mismo.

De repente, con la expectativa del que espera la nota de un examen, se abre la puerta y aparece el verdadero protagonista del encuentro: el presidente de la región de Dakhla El Khattat. La intensidad de las luces fugaces aumentaba. Todos de pie, para inmediatamente sentarnos después de que lo hiciera la autoridad. En la reunión se habló de quatre temas: el conflicto del Sáhara y el creciente turismo de Dakhla, las inversiones y derechos humanos. Empezó el presidente, agradeciendo nuestra presencia y deseándonos una feliz estancia en ‘su’ territorio. Seguidamente nos llegó el turno al resto. Yo me presenté rápidamente y sin demasiada parafernalia: “Yo me llamo Alex Riba, soy periodista de un diario digital llamado La República Checa”. Corto, claro y conciso.  Mientras me presentaba, nos servían frutos secos y té. Sin duda, era el mejor té que había probado nunca. Huelga decir que tampoco he probado muchos, pero a partir de ahora degustaré muchos más.

Tras la audiencia presidencial, llegó el momento de las entrevistas. A mí, como era de esperar, no me hicieron ninguna. Pero me resultó de lo más curioso la importancia que tenemos los periodistas extranjeros – españoles y mexicanos – en Marruecos. Después de las preguntas y algunas dudas, tocaba la despedida ‘protocolaria’. Al salir del edificio acompañados por el mismo presidente, un grupo de mujeres esperaba a la puerta principal del ‘palau’ con banderas del país y pancartas  con mensajes que no podía entender. Seguíamos en el foco de atención. De un momento a otro, todo terminó. El Khattat ya había vuelto a su despacho y nosotros nos hallábamos en el coche camino de comer en el restaurante La Hacienda…

Se preveía una tarde tranquila, y así lo acabó siendo. Entrevistamos a Mounir Houari, el director general del Centro Regional de Inversiones de Dakhla. Él me explicó – a mí y a los otros periodistas – todo el potencial del que dispone el territorio. Después, volvimos al hotel con ánimos de trabajar en todo el material que habíamos recogido. Personalmente, me permití el lujo de subir a la duna que tenemos detrás de nuestros bungalows Quería tener una buena fotografía desde la loma y la conseguí. Casi me cuesta un pulmón, pero la conseguí y créanme que valió la pena. Dakhla despedía el día con esta instantánea. Mañana tocará vivir la experiencia más esperada del viaje, la visita al Gargarate, en la frontera del país.

Alex RIBA
Enviado especial a Dakhla

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