25. Abril 2024

Arxius de PARAULES QUE VOLEN | Diari La República Checa

REDACCIÓ30 Gener, 2021
Hotel-Attitude-1280x960.jpg

Último día en Dakhla. Se acababa nuestra aventura en el sur de Marruecos organizada por. El viaje terminaba, al menos, para los periodistas españoles y mexicanos. La mañana fue la más ‘tranquila’ de todas, preparando artículos y fotografiando infraestructuras hoteleras de la zona. En concreto, pudimos capturar paisajes y estancias hoteleras como puede ser el Dakhla Attitude, el Ocean Vagabond, Le Crique y Bavero. Muchos de ellos mostraban una combinación perfecta entre buenas vistas, deporte y comodidad. Ejemplo de ello era la playa a los pies del Attitude, dónde la marea hacía subir el nivel del Atlántico hasta tan solo unos metros del complejo. Cuando la marea baja, una explanada de arena invita al paseo y a la aventura.

Era viernes, día grande de rezo en el islam acompañado de un plato típico y tradicional marroquí, el cuscús. Con esa idea en mente, pudimos degustar un cuscús acompañado de amlou, una salsa de almenaras tostadas, mezcladas con aceite de argán y miel. Delicioso. El final de la comida fue de lo más divertido, nos deleitaron con un baile de bienvenida marroquí. Todo un espectáculo para mostrarnos su más sincero agradecimiento por nuestra implicación en la región.

Después de comer, tuvimos la ocasión de visitar la Mediateca de Dakhla, una mezcla entre museo histórico y biblioteca. Puede parecer un espacio sencillo, pero nada más lejos de la realidad. El edificio constaba del correspondiente itinerario, 4 bibliotecas distintas y 1 sala con manuscritos históricos. Cada sala estaba dirigida a una franja de edad distinta: niños de hasta 4 años, infancia y adolescencia, y adultos. Además, también había una sala solo con libros en español que, según nos contaron, era todo un éxito de afluencia. De hecho, era el espacio con más contenido.

Respecto al museo, todo estaba dirigido a la cultura y costumbres saharauis. Se podían observar tanto jaimas como monturas de camello, pasando por bisutería y artículos del día a día de los nómadas. Toda una experiencia para los interesados en la vida en el desierto. Al finalizar el recorrido, todos firmamos en el libro de la Mediateca, justo antes de salir por la puerta dirección al hotel. Ya atardecía, símbolo de que nuestro tiempo en Dakhla se agotaba. Por la noche, tuve tiempo de admirar por última vez la belleza de la luna del desierto, única y brillante dónde las haya. No es un ‘adiós’, es un ‘hasta siempre’.

VÍDEO 

PUBLICITAT


REDACCIÓ29 Gener, 2021
Consejo-Nacional-de-los-Derechos-del-Hombre-en-Dakhla-1280x960.jpg

Salía el sol por cuarta vez desde que aterrizamos en Dakhla, una región de 150 mil habitantes en el sur de Marruecos. Hoy nos tocaba visitar algunas infraestructuras y entrevistar a algunas personalidades. Con esa idea en mente, la comitiva de periodistas españoles y mexicanos nos dirigimos rumbo a la ciudad.

Por supuesto y, al igual que el resto de días, acompañados por el vicepresidente de la Asociación Marroquí por la comunicación, el desarrollo socioeconómico e incitación a la inversión (Nord Sud Action), Omar El Alaoui.

Primero tuvimos la oportunidad de ver una escuela pública. Nada que se alejase de la normalidad española y europea. Después pudimos deleitarnos con la zona marítima, una combinación de restaurantes, hoteles y el reflejo del sol en el mar. No podemos olvidarnos del paseo marítimo, coronado por una tetera enorme y un camello de metal. “El sitio perfecto para una foto que te recuerde siempre a Dakhla”, pensé justo antes de proceder a la instantánea.

Le llegó el turno al puerto, lugar donde ya estuve. La diferencia en este trayecto fue que sí me bajé del coche para observar de primera mano la labor de los pescadores. De hecho, una de las principales actividades económicas que nutren la zona es la pesca. Así pude constatarlo hablando con los verdaderos protagonistas, que querían expresar su esfuerzo y constancia del día a día en las aguas de la región. Uno de estos navegantes nos mostró la pureza del pescado de Dakhla, enseñándonos lo limpias – y sanas – que estaban las sardinas que acababan de pescar. Las gaviotas inundaban las explanadas del puerto, esperando – al acecho – llevarse a la boca un pez extraviado.

El siguiente punto a admirar fue la costa atlántica. Era impresionante ver la línea del océano partida por la mitad. Solo unas piedras al pie de la costa dejaban entrever el desgaste que el retumbar del agua provocaba a la tierra. Precisamente hablando de las olas, se podía observar el porqué del éxito turístico de Dakhla, en cuanto a los deportes marítimos. El océano arremetía con fuerza, provocando unas olas que emocionarían a cualquier amante del surf.

Ahmed Abdellaoui

Antes de comer, pudimos entrevistar al presidente del Consejo Regional de Turismo (una espécie de Patronato de Turismo), Ahmed Abdellaoui, quien destacó la importancia de las infraestructuras del territorio para atraer inversores. Para Abdellaoui, son tan relevantes como el interés de los políticos españoles por Marruecos, país con el que España comparte grandes lazos históricos. Es por eso que el presidente quiso hacer un llamamiento a todos los ciudadanos españoles para que se animen a conocer Marruecos y en especial a invertir en la región de Dakhla.

Dlimi y Cherif (a su izquierda)

La tarde traía consigo misma una visita a la Comisión de Derechos Humanos, presidida por la periodista Maimouna Essayed. La reunión nos dejó conversaciones y ‘historias de vida’ no solo para el recuerdo, sino también para la reflexión. Primero para desmitificar los prejuicios que muchos españoles tenemos en relación a Marruecos. Como cualquier otro país, tiene sus más y sus menos. Personalmente, el mejor instante del encuentro fue cuando Maghlaha Dlimi y Mohamed Cherif relataban su terrible vivencia en el Frente Polisario. En sus rostros se podía palpar el sufrimiento y la rabia causada por todo lo que habían pasado.

Ricard Checa y Maimouna Essayed

A grandes rasgos, ellos fueron víctimas del Frente Polisario, el cual los mandó a Cuba siendo niños y separándolos de sus padres. Al volver, ya con una mayor edad y estudios, tuvieron que trabajar duro para la milicia, sin poder ser “libres”. Es horrible a la par que interesante escuchar como alguien describe los zulos dónde se castigaba a las personas que intentaban huir del régimen.

En la reunión nos sorprendió gratamente la presencia de muchas mujeres, todas ellas emprendedoras luchando – desde diferentes aspectos e niveles – por un país mejor.  El acto, así como el día, terminó con un intercambio de impresiones entre el presidente del Observatori de Drets Humans de Catalunya, Ricard Checa, y la líder de la Consejo Nacional de Derechos Humanos en Dakhla, Maimouna Essayed. La periodista es también presidenta de una asociación de Autismo.

 

El resto de la comitiva periodística también pudo intervenir, al igual que los miembros de dicha comisión. Lazos que se tejen entre Cataluña y Dakhla, ahora desde el punto de vista más humano. Bajo ese hermanamiento y compromiso de colaboración terminaba nuestro día, mañana será nuestras últimas horas para seguir disfrutando del hermoso paisaje y la tranquilidad de Dakhla.

Alex RIBA
Enviado especial a Dakhla

PUBLICITAT

PUBLICITAT


REDACCIÓ28 Gener, 2021
Guerguerat-1280x720.jpg

Tercer día en Dakhla, sur de Marruecos. Hoy era el momento en que la delegación española y mexicana, acompañados por el vicepresidente de la Asociación Marroquina por la comunicación, el desarrollo socioeconómico y incitación a la inversión, nos dirigiríamos al puesto fronterizo de Guerguerat. Se trata de un punto caliente del conflicto del Sáhara, pues entre octubre y noviembre, el Frente Polisario bloqueó la entrada y salida del  transporte de mercancías, ocasionando una tensión resuelta a las bravas. Aunque el ejército marroquí disparase, el objetivo era ahuyentar a los integrantes del bloqueo, por lo que nadie resultó herido. Allí nos dirigíamos, a la frontera entre el sur de Marruecos y Mauritania.

Para llegar al destino nos esperaban unos 450 kilómetros que se hicieron más amenos en compañía de las majestuosas vistas, las cuales gozaban de buenas dunas y caminos entre rocas enormes.

Al llegar al lugar en cuestión, se podía palpar la calma tras la tormenta. El puesto fronterizo ya había recuperado la normalidad, ahora entendida con mucha más seguridad. Nos recibieron con música alegre. Al parecer se trataba de una melodía de bienvenida. A su vez, un grupo de mujeres y jóvenes se manifestaron justo en la entrada de la aduana.

De nuevo, fuimos un foco mediático que se materializó en forma de entrevistas masivas. La temperatura aumentaba, llegando hasta los 43 grados centígrados. Y es que cabe recordar que nos encontrábamos en el Sáhara. En apenas unas horas habíamos pasado de 8 grados a 43, lo que yo llamé el “clima sahariano”. Con ese calor abrasador nos fuimos en los coches rumbo al hotel. Mañana será otro día en Dakhla.

Alex RIBA
Enviado especial a Dakhla

VÍDEO

PUBLICITAT


REDACCIÓ27 Gener, 2021
Marruecos-1-1280x960.jpg

Yanja El Khattat

La aventura  a Dakhla vivía su segundo día. La palabra “sueño” ya no se aparecía en nuestras mentes. Después de una jornada de turismo, le llegaba el turno a la política y a la diligencia. Tras el desayuno, la delegación española y mexicana, acompañados por el vicepresidente de la Asociación Marroquina por la comunicación, el desarollo socioeconómico y la inversión, subíamos al coche dirección al centro de Dakhla, concretamente, hacia a la presidencia regional – en Cataluña sería el Palau de la Generalitat -, dónde ya nos esperaba el presidente Yanja El Khattat.

Llegamos al recinto. Salgo del 4×4 con mi traje, mis zapatos de vestir y mis gafas de sol. Cualquiera pensaría que me sacaron de la película ‘Reservoir Dogs’. Realmente, yo ya era consciente de esta visita antes siquiera de coger el avión, por lo que preparé la vestimenta apropiada para los asuntos diplomáticos y reuniones políticas. Falló un pequeño detalle: mi fiel mochila roja. Por suerte, iba a juego con la bandera de Marruecos. Salvado por el destino, nunca mejor dicho.

Nada más entrar por la puerta del ‘palacio gubernamental’, sabía que aquella sería una experiencia única. ¿Alguna vez se han sentido importantes delante de las cámaras? Era el momento. Subimos a la sala de actos prácticamente escoltados. Al entrar en el salón, una decena de cámaras nos apuntaban con sus focos y nos cegaban con sus flashes. Sin demasiado tiempo para organizar el asiento de cada uno, nos sentamos rodeados de periodistas marroquís. Ocupaban los asientos: Ricard Checa, presidente del Observatorio de los Derechos Humanos de Cataluñaa; Patrick Monney periodista de la revista Luxe and class de México; Javier Fernández director de la revista Atalayar; Omar El Alaoui El Balrhiti presidente fundador de ‘Nord Sud Action’; Hector Fuentes Magallanes director de la agencia TravelQuest de México y yo mismo.

De repente, con la expectativa del que espera la nota de un examen, se abre la puerta y aparece el verdadero protagonista del encuentro: el presidente de la región de Dakhla El Khattat. La intensidad de las luces fugaces aumentaba. Todos de pie, para inmediatamente sentarnos después de que lo hiciera la autoridad. En la reunión se habló de quatre temas: el conflicto del Sáhara y el creciente turismo de Dakhla, las inversiones y derechos humanos. Empezó el presidente, agradeciendo nuestra presencia y deseándonos una feliz estancia en ‘su’ territorio. Seguidamente nos llegó el turno al resto. Yo me presenté rápidamente y sin demasiada parafernalia: “Yo me llamo Alex Riba, soy periodista de un diario digital llamado La República Checa”. Corto, claro y conciso.  Mientras me presentaba, nos servían frutos secos y té. Sin duda, era el mejor té que había probado nunca. Huelga decir que tampoco he probado muchos, pero a partir de ahora degustaré muchos más.

Tras la audiencia presidencial, llegó el momento de las entrevistas. A mí, como era de esperar, no me hicieron ninguna. Pero me resultó de lo más curioso la importancia que tenemos los periodistas extranjeros – españoles y mexicanos – en Marruecos. Después de las preguntas y algunas dudas, tocaba la despedida ‘protocolaria’. Al salir del edificio acompañados por el mismo presidente, un grupo de mujeres esperaba a la puerta principal del ‘palau’ con banderas del país y pancartas  con mensajes que no podía entender. Seguíamos en el foco de atención. De un momento a otro, todo terminó. El Khattat ya había vuelto a su despacho y nosotros nos hallábamos en el coche camino de comer en el restaurante La Hacienda…

Se preveía una tarde tranquila, y así lo acabó siendo. Entrevistamos a Mounir Houari, el director general del Centro Regional de Inversiones de Dakhla. Él me explicó – a mí y a los otros periodistas – todo el potencial del que dispone el territorio. Después, volvimos al hotel con ánimos de trabajar en todo el material que habíamos recogido. Personalmente, me permití el lujo de subir a la duna que tenemos detrás de nuestros bungalows Quería tener una buena fotografía desde la loma y la conseguí. Casi me cuesta un pulmón, pero la conseguí y créanme que valió la pena. Dakhla despedía el día con esta instantánea. Mañana tocará vivir la experiencia más esperada del viaje, la visita al Gargarate, en la frontera del país.

Alex RIBA
Enviado especial a Dakhla

VÍDEO

PUBLICITAT


REDACCIÓ26 Gener, 2021
dakhla-1280x283.jpg

Destino: Dakhla. Una ciudad de 120.000 habitantes situada al sur de Marruecos. En concreto, hablamos de una península cercana a la frontera con Mauritania. La Asociación Marroquina por la Comunicación, el Desarrollo socioeconómico y la Incitación a la Inversión organiza un viaje para dar a conocer la región y su potencial.

La aventura comenzó ayer a primera hora de la mañana. Sueño, esa es la palabra que mejor define el despertar después de 12 horas de viaje y 5 de descanso. Y con esa palabra en mente, tocaba levantarse. Después de desayunar, era momento de conocer la naturaleza del territorio. Subimos al 4×4, y nos dirigimos rumbo al desierto, la verdadera esencia de Dakhla. El paisaje, desértico, pero a la vez hermoso, se fundía con la carretera como si se tratase de una película de Indiana Jones. Esa sensación tuvo su clímax cuando nuestro conductor, Mohammed, empezó a conducir entre dunas como si estuviésemos en el Dakar. Los saltos y movimientos bruscos eran tan divertidos que parecían rejuvenecer a todos los pasajeros.

Y de esa forma tan movida y animada llegamos a la duna blanca. Una colosal montaña de arena fina y blanca que nos invitaba a escalarla y admirar las vistas que nos brindaba. Así lo hicimos y – para nuestro asombro – la instantánea fue más bonita de lo que jamás pensamos desde lejos. A un lado montañas planas y de inmensa superficie, al otro el desierto con acumulaciones de tierra más irregulares, en el mar se percibía la isla Dragón. Habíamos oído hablar de esa isla, hasta la habíamos visto antes en el hotel, pero no habíamos podido entender su nombre hasta aquel momento. Su forma desde ese punto de vista era la de un ser tan mitológico y mágico como el dragón. No todo fue tan bonito. Para preservar la duna blanca, el consejo de turismo de Dakhla restringirá la entrada de visitantes a su loma, dando únicamente la opción de rodearla. De hecho, según testimonios locales, su altura ha disminuido considerablemente a causa del aumento de turismo en la región. Sin duda, es una de sus mejores atracciones.

A la vuelta nos paramos en “la source”, algo así como “la ducha”. Una manguera enorme en mitad del desierto. Suena raro, ¿verdad? Pues al parecer, el baño en “la source” es terapéutico y relajante. Toda una experiencia para los que les gusta cuidarse o para los que sufren de dolores de espaldas. En un momento determinado aparecen los grandes personajes del desierto. Aquellos que todo el mundo quiere ver cuando viaja a este tipo de zonas. Efectivamente, los dromedarios hicieron su aparición. Rostro serio, actitud relajada, y sentimiento de indiferencia ante los extraños. Así pudimos notar a los grandes amigos del hombre en el desierto. Poco más que contar de la mañana, la tarde ya nos deparaba visitar la ciudad.

El complejo artesanal de Dakhla

Pasado el mediodía, llegaba el momento de entrar en el corazón de la región, Dakhla. Literalmente es una ciudad enorme en mitad del desierto entre costa del Atlántico. Recordemos que estamos en una península. Lo que más llama la atención es las infraestructuras de las que dispone la localidad y que aún están por ser aprovechadas. Miles de hectáreas de terreno edificable. En concreto, hay una zona llena de carreteras y farolas, equipamiento preparado para atender a cualquier inteligente que decida apostar por Dakhla. Digo esto después que el gobierno de Estados Unidos haya decidido instalar un consulado en la ciudad, además de invertir 3 mil millones de dólares. Hablo de un hecho de hace un par de semanas. Actualmente, Dakhla se nutre del turismo nacional, pero la zona está en clara expansión. Prueba de ello son los hoteles e infraestructuras que se están construyendo. Si en algo coincidíamos todos los viajeros de esta aventura es en la gran potencialidad que tiene la región, especialmente con el turismo deportivo. Las costas de Dakhla son conocidas por la práctica de buen surf y otros deportes acuáticos.

Volvamos al centro de la ciudad. Visitamos el complejo artesanal de la villa. Llegaba mi momento, tocaría regatear. Siempre he querido regatear un precio, algo que en Europa y Occidente en general es impensable. Pero estábamos en Marruecos, y aquí impera la ley del precio flexible. Aprovechando los típicos compromisos con familia y amigos, iba a tener la oportunidad de regatear. Primero conseguí 2 anillos por 30 euros, aunque en un principio me iban a costar 40. ¿Primera batalla ganada? Creo que jamás lo sabré a ciencia cierta. Después le llegaba el turno a un cenicero. Apenas sin hablar francés le suelto al vendedor: “¡De 15 euros no paso!”. Trato aceptado. Definitivamente me estaban estafando. Pero yo era feliz pensando en mi rebaja de 5 euros. Finalmente llegó el instante cara o cruz. Sí, he visto demasiado ‘La casa de empeños’. Otros dos anillos por 28 euros o por 25. El vendedor pidió cara y – como no podía ser de otra manera – salió cara. De todos modos, ya había conseguido una rebaja de 3 euros. Además, se confirmó que lo de 2 por 15 euros había sido una jugada pésima.

Brahim Hameyada

Al salir del complejo artesanal, nos encontramos con Brahim Hameyada, el director de la Escuela de Lengua Unamuno. Sí, se trataba de una escuela de castellano que, de hecho, contaba con la autorización del Instituto Cervantes. Visitamos las instalaciones del centro educativo y entrevistamos a Hameyada. Toda una experiencia sobre un grupo de hispanohablantes que, de manera altruista, decidieron que el castellano no debía desaparecer de la región. Con dicha visita se terminaba el día. Era hora de volver al hotel para – ahora sí – descansar el tiempo suficiente para despertarse sin pensar: “¡Qué sueño!”. Todavía queda Dakhla por descubrir.

Alex RIBA
Enviado especial a Dakhla

PUBLICITAT


REDACCIÓ30 Març, 2020

És el títol d’un magnífic llibre d’Alejandro Nieto que recomano i que pot ajudar a entendre moltes de les coses que passen aquests dies que ho han canviat absolutament tot.

Mentrestant, corren els dies i he après obligat per les circumstàncies a reduir el ritme vital. He après a gestionar l’ansietat i la tristor, a veure com la mort són números que no paren de pujar i pujar, a projectar al futur noves esperances, a constatar que no estem preparats individual i col·lectivament per fer front a aquesta situació i que els governs i les administracions la cosa els ve gran, molt gran.

Constato governs incapaços de fer front al tsunami, llençant-se acusacions mútues, i malgrat posar-hi voluntat i esforços titànics, les decisions que es prenen a correcuita i amb la màxima urgència no s’implementen fins al cap de setmanes o mesos. Cada dia miro els noticiaris i ens inunden amb titulars que les comandes, posem per cas de mascaretes i guants estan fetes, però la realitat és que 10-12 dies després, als llocs on ha d’arribar, doncs, no arriben. Les administracions són gegants lents i feixucs que van caminant enfront d’un virus que es desplaça en avió. Ja pots córrer que el tsunami t’agafa igual.

Constato governs incapaços de fer front al tsunami, llençant-se acusacions mútues, i malgrat posar-hi voluntat i esforços titànics, les decisions que es prenen a correcuita i amb la màxima urgència no s’implementen fins al cap de setmanes o mesos

Al costat de la tragèdia diària de veure com augmenta el nombre de morts, hi ha també petites notícies que posen de manifest els llaços de solidaritat: el sindicat de manters oferint ajut i menjar a aquelles persones grans que viuen soles i el necessitin. Perquè després diguem… O persones xineses que ostenten basars fent donatius de milers de mascaretes, guants o qualsevol producte que se’ls demani, i empresaris xinesos instal·lats a Catalunya fent de pont amb el govern Xinès per accelerar l’ajut de la Xina a casa nostra. Exemples de solidaritat, mai vistos.

Està clar que aquesta crisi ho canviarà tot. Quan acabi el malson, haurem de decidir si els pressupostos de defensa han de continuar sent els que són, si és millor que la Sanitat disposi de més recursos o adquirim submarins nuclears que ens defensin de no sé qui. Si invertim en F-18 o en respiradors.

També quan això acabi, serà el moment de passar comptes amb aquells que van aplicar les retallades més salvatges a la sanitat pública. Sé que ara no és el moment de dir-ho, però no cal que ho oblidem. Perquè sense retallades a la sanitat tindríem més eines per fer front a la terrible situació.

Fins al moment i si la cosa no canvia, el missatge europeu és: que cadascú se les arregli com pugui. Aquesta Unió Europea no ens serveix. O la canviem o la desfem

Capítol a banda mereix la Unió Europea ni hi és ni se l’espera, bloquejada per interessos que es neutralitzen. Fins al moment i si la cosa no canvia, el missatge europeu és: que cadascú se les arregli com pugui. Aquesta Unió Europea no ens serveix. O la canviem o la desfem.

Queda clar que en termes històrics el segle XXI comença el març de 2020, quan un enemic microscòpic ho va capgirar tot. Quan els estats més poderosos del món van fer aigües pertot arreu, i com els seus governants van passar de dir barbaritats (Trump, Johnson) a quedar infectats, mentre a les rodes de premsa governamentals sortien militars amb totes les xapes metàl·liques a la solapa i saludaven els dissabtes dient que eren dilluns i “sin novedad en el frente”. Jo crec que tots plegats ens mereixem un món millor. I està a les nostres mans.

Ernest PARÍS
Politòleg

 


REDACCIÓ17 Març, 2020
ernest_paris.jpg

Emprenyat, avorrit, temerós, preocupat, badallo, tosso, llegeixo, miro WhatsApp, llegeixo ocurrències, escric, em saturo de notícies. Així he passat el meu primer dia de confinament. Com tantes i tantes persones.

He après a ser desconfiat, crec que no se’ns diu tota la veritat i no puc entendre com hem passat en 24 hores de recomanacions de rentar-se més les mans al confinament total durant un mínim de quinze dies (al cap de cinc hores deien que quinze dies són insuficients).

Veig que a la Unió Europea no serveix de res, no hi ha una estratègia a escala europea que lideri la resposta al pla de contingència. Mentre al País Basc s’anul·len les eleccions a França votaven diumenge com si no passés res i l’endemà decreten el confinament parcial, els portuguesos tanquen fronteres i els alemanys les tenen obertes, del nord d’Europa no en sabem res i els anglesos (ja fora d’Europa) dient que ells ho fan a la inversa: que es contagiï tothom però que l’economia no pari.

Tinc por de les conseqüències d’aturar el món perquè no les puc calibrar. Les notícies tràgiques ens les van dient a poc a poc per tal de no col·lapsar-nos emocionalment si no ho estem ja. Tinc por del col·lapse de la sanitat i m’apunto al reconeixement als professionals sanitaris tot i que també recordo de les retallades que s’hi han aplicat que en definitiva han significat retallades a la salut de totes i tots. Ara és quan cal tenir també memòria i temps haurem de passar comptes amb els qui van prendre aquelles decisions.

Ningú parla dels costos personals invisibles d’aturar-ho tot i confinar-se: augment de l’estrès, ansietat, depressió, irritabilitat, augment de les discussions inútils i improductives. Però vull ser positiu, potser també és el moment de reduir marxa, alentir el pas, reposar, parlar més, posar-nos més al lloc de l’altre, ser més assertius i empàtics i en definitiva cuidar més les nostres relacions perquè és una manera més de cuidar-nos nosaltres mateixos.
A tot això confesso que a mi el confinament em costa, sóc una persona de cul inquiet i que no sé quedar-me dos dies tancat a casa. Tot i que aquests dies no queda més remei que aprendre’n.

Ernest PARIS
Politòleg

 


REDACCIÓ6 Març, 2020

Conforme passen els anys i repasso hemeroteques m’adono de les dinàmiques institucionals d’alguns ajuntaments consistents en reprogramar, reestudiar, redefinir o reelaborar propostes que fa dècades que diuen que impulsen, mentre atònits veig com any rere any l’immobilisme i la inacció en són el resultat palpable.  Anem al gra i posem-hi exemples.

El batibull de la famosa estació intermodal que si pel nord de l’aeroport que si pel sud de l’aeroport que si amb ample així, que si amb ample aixà ha deixat la pitjor de les situacions possibles: cap estació central al Camp de Tarragona, el tancament de la línia ferroviària de la costa (un disbarat en termes de mobilitat) i un tramcamp que resta dormint el somni dels justos que ni veiem ni veurem en almenys 20-30 anys.

En resum, una presa de pèl a tots els habitants del Camp: qui vol anar a Barcelona en tren cada cop té menys trens i ha d’anar més lluny a buscar-los. Algú hauria de demanar responsabilitats a tots aquests alcaldes que s’omplen la boca de pensar en clau metropolità i no passen de polítiques de campanar. Un exemple? El baixador de Bellisens (que fa 25 anys que se’n parla pel meu poble).

Posem-ne un altre. El recent accident al polígon petroquímic ha posat de manifest, un cop més que per molts plans de coordinació, per molta propaganda que tot està contemplat i parametritzat, els fets han posat de manifest que ningú ha activat les sirenes i la desinformació a la població ha estat notable. No vull posar llenya al foc perquè no sóc dels qui faig sang ni aprofita les tragèdies per posar el dit a la nafra però és obvi que poc o res ha funcionat i les recents mobilitzacions veïnals han posat de manifest la necessitat de fer millor les coses.

Posem-ne un altre: els plans de govern municipals, que si plans d’acció municipals, que si programes estratègics, digueu-li com vulgueu però transcorren els mesos i aquests plans brillen per la seva lenta cocció. Si agafem per cas les promeses de promoció d’habitatge assequible i les dividim pels quatre anys de mandat, la resultant és que és impossible l’acompliment de les promeses electorals quan els alcaldes busquen la seva reelecció. Prefereixo no posar números per no fer sortir colors.

Plans culturals que queden reduïts a polseres de tal o qual color, renovacions de contractes essencials (residus) que són sistemàticament prorrogats sense que ningú pregunti quins interessos reals hi ha al darrere i qui es beneficia directament d’aquestes inaccions, pàrquings que després d’inversions milionàries han quedat desprogramats per inviables, després d’anys de mentides i excuses. No sóc cru. Simplement constato realitats sobrevingudes. Els nostres alcaldes necessiten millorar, parlar menys i fer més.

 


REDACCIÓ18 Febrer, 2020
aleix_ernest_paris-1280x845.jpg

Recordo com si fos avui el dia de La Misericòrdia (patrona dels ganxets) de 1999. Va ser quan tu vas néixer: l’Andrea.

Et vam veure créixer al si d’uns pares que t’estimen com tots els pares estimen llurs fills. Vam intentar donar-te tot el que teníem, el millor de nosaltres mateixos i les màximes atencions. Segurament vam cometre els errors dels pares novells, però vas anar creixent amb total normalitat com la resta de nens.

Lamento no haver-te dedicat més temps quan les meves responsabilitats públiques a l’Ajuntament de Reus, m’ocupaven gairebé totes les hores. Al cap de quatre anys no vaig ser reelegit, i amb la perspectiva que donen els anys aquell desencís que vaig viure com una derrota personal, malgrat fos col·lectiva, em va permetre tornar a tenir el més preuat: temps.

Vas viure canvis familiars importants i no volguts, i transcorreguts els anys admiro com ho vas gestionar. Vas començar a destacar en el patinatge i van començar a arribar els campionats de Catalunya, d’Espanya, d’Europa. Recordo que em pegava unes pallisses grans per venir-te a veure com clavàveu el xou, que si a Lleida que si a Vigo que si a Alemanya, que si a Almere.

Confesso que quan ens vas dir que passaries a ser l’Aleix em vaig quedar perplexe

El de menys és que guanyéssiu l’or tot i que entenc que per a un esportista que competeix fos en aquell moment un objectiu prioritari. Vas anar fent-te gran i vas adonar-te que l’esport de competició deixa seqüeles físiques importants i exigeix moltíssimes hores. Lluitar per aquella dècima de més que permet passar de la medalla de bronze a la d’or, o lamentar que aquell jutge de pista no puntués un salt tal com tu creies, és una cosa trivial sense més importància al cap i a la fi, per al teu pare la campiona sempre eres tu, malgrat que et fallés un salt o et patinés el fre d’una bóta.

Va arribar la teva majoria d’edat i vaig veure que aquella nena s’havia fet gran i ja es valia per si mateixa, prenia les seves decisions i encarava la vida amb determinació. Confesso que quan ens vas dir que passaries a ser l’Aleix em vaig quedar perplexe. Inicialment vaig intentar-ho combatre creient que eren fruit d’una immaduresa emocional o sexual. Però a poc a poc he anat veient que no, que el que estava equivocat era jo i que aquella nena tímida i introvertida ha donat pas a un noi guapíssim que ha encarat el trànsit de gènere amb una seguretat i convenciment que creia impròpia de la meva filla.

Segur que els qui feien mofa del teu canvi, avui et respecten i segur que aquells que tenen dubtes de què són els pots ajudar a esvair els dubtes

Al final el teu trànsit m’ha servit per fer-lo conjuntament amb tu com el “free rider” que puja al tren sense bitllet i he arribat al convenciment que et veig feliç i convençut del canvi, que la vida et somriu i que encares els obstacles que se’t presenten amb valentia i de cara.

Et felicito per tenir el valor d’explicar davant tot l’auditori del teu centre d’estudis el teu cas, fa uns dies. M’has dit que l’auditori era ple i he vist el teu treball, però més enllà d’això m’he sentit content que incloguessis un punt per explicar el teu cas personal. Segur que els qui feien mofa del teu canvi, avui et respecten i segur que aquells que tenen dubtes de què són els pots ajudar a esvair els dubtes.

I pel teu pare això és com si haguessis guanyat un campionat mundial, sabent que la vida no va de guanyar medalles i que únicament ho escric per completar el relat.

Ets un valent i te’n felicito públicament, fill meu.

Ernest PARIS
Politòleg

 


REDACCIÓ30 Gener, 2020
ernest_paris.jpg

Vinc de l’espai ecosocialista i mai me n’he amagat. A les dues darreres eleccions he votat ERC, i per tant us puc dir (per no dir exigir) amb tota claredat:

1-La negociació que esteu duent a terme ha d’incloure si o si un escenari de sortida pels nostres presos polítics, diguem-ne amnistia, diguem-ne indult, diguem-ne tercers graus, digueu-ne com vulgueu. Si la negociació que feu és dins la constitució i l’Estatut m’heu enredat com un xino. A mi i a tot el poble català. En pocs dies ho veurem. No sucumbiu a les pressions i sigueu fidels als anhels de llibertat que volem. És un mandat que us vincula a la gent que us ha fet confiança.

2- Una solució política al dificilíssim escenari que tenim. Vosaltres ens vau dir que tindríem una república en divuit mesos, que teníeu un segon i tercer pla, i que totes les estructures d’estat estaven a punt. No es poden frustrar les expectatives de tot un poble, i per tant us pertoca complir el què vau dir. Així de fàcil, així de clar.

3-Em dol que els vostres socis naturals al govern siguin la gent JuntsxCat. És la gent conservadora de tota la vida. Ens calen més polítiques de progrés, i vosaltres teniu el timó. Cal que mireu més a l’esquerra perquè a l’esquerra és on hi ha la gent que necessita polítiques socials que millorin la vida de tots i no només la d’uns quants.

Qualsevol solució que no passi per aquí entenc que és un frau a la gent que us ha fet confiança.

Ernest PARÍS
És politòleg