02. Maig 2024

Arxius de sergi farras | Diari La República Checa

REDACCIÓ18 Abril, 2020

Las mascarillas higiénicas y sanitarias se han convertido en una presencia inevitable en nuestras calles y avenidas convirtiéndose en un bien preciado. Casi imprescindibles para transitar a lugares cercanos de nuestros domicilios para abastecernos de lo más necesario y preciso sin saltarse demasiado el confinamiento. Porque lo ideal sería quedarse en casa, afinado y aguantando mecha para el bien de todos.

Pero por otra parte, se ha  detectado un vil contrabando de estas mascarillas higiénicas, porque cuando el ser humano peca de exceso de ambición y desmesurada avaricia suelen ser como espesos ingredientes de llevar el agua a su molino, para después convertirse en censurable especulación, más por la mala virtud de enriquecer su “superávit” personal  a base de miserias y de necesidades tan prosaicas como de vulgar lucro. Acompañados con el oscuro pensar de su beneficio y con el fin de hacer su “agosto”, convirtiéndose en árbitros y censores, criaturas con alma de vulgares mercaderes; almas de bronce que decía Platón, el filósofo griego. Y todo esto está ocurriendo con este artículo tan necesario como imprescindible para nosotros como son las necesarias mascarillas higiénicas, que nos pueden proteger de una posible contaminación en esta virulencia  malignidad llamada coronavirus.

Una mascarilla médica de la marca 3M ha pasado de costar 11,28 € durante el 2019 a alcanzar 89,95 € en el mercado negro, lo que equivale a un incremento del 697,43 % de su precio habitual. Así pues, un pack de 10 mascarillas respiratorias 3M FFP3 cuyo coste durante 2019 se ha mantenido a 59,99 € ha alcanzado hoy los 449 €. ¡Qué barbaridad!

Esto de las mascarillas higiénicas se ha convertido como una “fiebre del oro”, un galope feroz entre países para llevarse lo que sea lo antes posible. En un mercado en el que va todo al contado, el primero que llegue y pague, se lo lleva”, así de prosaico y así de triste se muestra. Por otra parte, después de muchos meses cerradas, las fábricas chinas retoman su actividad justo cuando el resto del mundo las necesita para comprar material sanitario. ¡Es para “mosquearse” un poco! La verdad.

Chupar del bote y dar abuso para el engaño y el lucro, es deporte muy practicado en este mundo tan confuso y en estos momentos tan delicados. Un mundo que igual camina hacia un nuevo orden mundial y socioeconómico. Mientras, de momento, la empatía baja a sus mínimos históricos y se convierte en conducta puramente contemplativa. A veces por el vil fin de sacar tajada y por usufructuarse de un producto tan indispensable como es una mascarilla sanitaria, que es aplique indispensable para prevenir el contagio de este maldito virus que nos ha visitado para quedarse un buen lapso de nuestro tiempo y de nuestras  vidas cotidianas. Apuntar también que comprar este tipo de mascarillas es hasta miserablemente posible en la ‘deep web’, en la web oscura, que es lugar de internet donde se venden armas, drogas y seres humanos, ahora también se trafica con material sanitario y en plataformas donde se pueden encontrar a precios desorbitados,  como eBay, mil anuncios, y otras muchas más, convirtiéndose en cooperadoras del daño. ¡La miseria del ser humano por un puñado de beneficios no es saludable!

Rebotan en los cristales las avaricias y las mezquindades, mientras los ciudadanos, que verdaderamente necesitan las mascarillas protectoras para transcurrir como pueden con sus vidas diarias, esperan nerviosamente una solución de los gobernantes y sus legisladores, que gestionan estos menesteres y que han de distribuir estas mascarillas indispensables para una vida diaria con tiento y a la debida coherencia. Desgraciadamente la mascarilla sanitaria se ha convertido en el producto estrella de esta crisis sanitaria, y nuestros gobernantes con el deber ético y el mejor criterio moral de asegurar y regular el abastecimiento del mercado con este producto tan necesario para la protección de la salud pública. Pero a veces, los gobernantes parece que se escuchen con palabras cómplices de su mirada y al ciudadano con su necesidad aparente de carencia. Pues ya se sabe que hacia la nada va la mirada prohibida de la indiferencia y del fructificar de sus obligaciones como legisladores, pues ideal fuese que actuasen sin engaños, a escondidas y con alevosía política.

Hemos de tener claro que la mascarilla sanitaria no es un antifaz “verbenero”, no es algo mucho más que un capricho ordinario, sino una válida profilaxis para protegernos con la noble finalidad también de no contagiar a nuestros prójimos y conciudadanos

Aquí en Catalunya la cosa de la mascarilla camina y deambula entre la senda ambigua que va persiguiendo sombras con las necesidades de la criatura. En las farmacias no hay mascarillas para todos y son tan deseadas como necesarias que casi llegan a esencia imprescindible. Ahora dependerá de cada comunidad autónoma su justo reparto.  Hemos de tener claro que la mascarilla sanitaria no es un antifaz “verbenero”, no es algo mucho más que un capricho ordinario, sino una válida profilaxis para protegernos con la noble finalidad también de no contagiar a nuestros prójimos y conciudadanos. La mascarilla puede poner freno frente a determinados agentes víricos, como la de esta triste y fértil pandemia  del  coronavirus que ha avanzado contundente e implacable como un ejército de infantería.

Pero insisto, tan importante es también que las autoridades den caza y captura a estos furtivos que quieren usufructuar un mercado negro especulativo a costa de una necesitad  básica como es la protección de nuestra salud, en estos tiempos tan difíciles de confinamientos y de virus que pululan por los misteriosos aires, que probablemente, igual mal soñamos alguna vez, pero que ahora nos ha tocado desgraciadamente vivir en una realidad tan existente como de sustantiva verdad. Mientras, los días pasan en un silencio mudo por todas las calles y avenidas de casi todo nuestro globo llamado Tierra, esperando que todo esto al final pase deprisa como un mal viento y podamos aprender de todo esto como el alquimista aprende sus  brebajes o bajo cualquiera azar, como el futuro e incierto destino que nos espera el “día después”.

Sergio FARRAS
Escritor tremendista

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REDACCIÓ28 Juny, 2018

Como algo mágico y de hechizo de ritual solemne y deportivo, o como el alquimista que encanta el deporte más ilustrado y de alto nivel, se ha presentado este año, asomándose como a una ventana diáfana al mar los Juegos del Mediterráneo en la ciudad de Tarragona, que son una mezcla  entre lo  mitológico y la virtud del deporte de alta cota que acontecen durante estos días en la milenaria ciudad de Tarraco, donde en estas jornadas es organizadora de estos eventos tan biselados como tan deseados por los países ribereños mediterráneos, anhelados y queridos  como en aceite de iris que deja su estela marina, con la sana misión de unir culturas y de la noble intención de  ilustrar y fusionar diferentes civilizaciones  a través del deporte.

Tarragona es ciudad bañada por el antiguo y anciano mar Mediterráneo, que es un mar con tanta historia como de misterios y leyenda de lo que fue: una antigua ciudad romana hace ya muchos de años. Tarragona tiene el noble título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco que ostenta con presuntuosa humildad,  pero siempre con un progreso y florecimiento contemporáneo en su alma y en sus gentes, y como el agua salada y cristalina de su mar es como un puente de luz que ilumina el esplendoroso mare nostrum: “mar nuestro”, que dicho así, en latín, igual queda mejor porque es lengua culta.

Tres aros entrelazados representan la bandera que ondea; osada y decidida, durante estos días de celebración regular del deporte en su estado más sano, puro y competitivo. Son los Juegos del Mediterráneo, donde se compite en diversas disciplinas atléticas, algunas milenarias y todo, adornándolo todo ello con una correcta y suave disciplina en su organización y entrega de estos juegos multideportivos, cubiertos de complicidad sosegada y, a la vez, de inquieta hospitalidad del pueblo tarraconense que abre con vitalidad y empuje las puertas de su ciudad para la realización de este evento tan atlético como de cultural condición, donde se  enseña a trabajar en equipo, ser responsable y a tener una actitud más fuerte en la vida.

Es como una educación deportiva que se mueve entre lo erudito de la competitividad atlética, fusionada todo ello con la educación que busca fomentar el proceso de estructuración del pensamiento y de las formas de expresión. Pues en esta sociedad contemporánea del siglo XXI, tan exigente y avasalladoramente pragmática, donde la tecnología debe de ayudar sí, pero que no debe de ser el icono principal al que sucumbir. Pues el deporte cubre con su anillo mediterráneo estos días la sonrisa que embellece los rostros atléticos y competitivos que son maravilla de verlos.

Tarragona tiene estos días de deporte de alto nivel olímpico  la sana oportunidad de mostrarse reverente al mundo, con su buen hacer y su disposición de mostrarse diáfana como un templo con cúpula de transparente cristal imaginario, que es su hábitat natural de su cielo litoral que cubre la ciudad con su propia personalidad y un esplendor profundamente vivo. Tan humilde como insigne, que incluso se podría premiar con una corona de acebuche al atleta que cumple su promesa, pues tal  rama de  olivo es el símbolo ordinario de la paz que tanto se hace de rogar en nuestros días tan materialistas, egoístas y prosaicos.

Unas olimpiadas de este calibre deberían de ser un ejemplo de humildad, y también de la praxis de la tolerancia social mostrada al mundo, tan flexible como condescendiente de la igualdad y de los valores; de los cuerpos, formas y apariencias que se muestran compitiendo en un escenario que intenta fomentar la buena salud, tanto deportiva como cultural,  donde se complementa también el espíritu competitivo y deportivo con la hospitalidad del pueblo tarraconense. Y todo ello, junto y bien enervado, lleva a un despertar de la empatía con el resto de culturas y civilizaciones que les visitan y que están de paso, con esa sana armonización y concordia del verdadero progreso humano: el deporte de alto nivel. Y por muy diferentes a veces parece que seamos las personas y culturas al final nuestras semejanzas son más que razonables y de humana condición que de lejanas intenciones de hacer este mundo mucho más tolerante, que es tan genuina como una gran verdad buscarla en corazón ajeno. Pues esto del sano deporte siempre viaja en las gentes de buena voluntad, de bondadosas intenciones y acometimiento y superación humana.

Tarragona tiene este verano la oportunidad de mostrarse al mundo desde su balcón mediterráneo que toda cultura se manifiesta en una sociedad plural y diversa, vestida de heterogeneidad e historia social que no le falta ni carece, a lo cual, cabe decir que un pueblo es igual a la cultura que representa. Pues probablemente son la misma cara de una misma moneda que igual hasta los Dioses del Olimpo se acercarán como notarios del buen hacer para comprobar que la moderna, pero también ancestral Tarragona, cumple con su cometido de hacer simbiosis con este reto que se le ofrece. Es una oportunidad de mostrarse al mundo que tarragona no puede rechazar ni tampoco quedar al margen de la virtud de exhibirse como una ciudad moderna, flamante y reformada, mostrándose como un manto de sana acogida de colectivo universal donde todas las culturas  asistentes y visitantes se encuentran, se abrazan y quieren hacer el instante eterno ofreciendo una infinidad y repertorio de encantos deportivos y artísticos a la vez.

¡Gracias por todo ciudad de Tarragona! Felicidades y haced de vuestro muro mediterráneo un sólido peldaño cultural y atlético que pueda mostrarse al mundo orgulloso como un espejo que refleja tres pilares fundamentales: el deporte, el arte y la educación.

Sergio Farras, escritor tremendista.

 

AYUDA

– ilumina el mundo” con………-el deporte puede que sea la columna vertebral de la …………….. – de los viejos pescadores un arribo a puerto” – cualquier lugar es tu hogar – fomento de la salud – meta vital – haced de vuestro muro un peldaño – La sonrisa embellece los rostros – El mundo no es tan obvio como pensamos – Mirada y sueño – la luz del alma en la mirada…………

Sergi FARRAS
Escriptor i columnista de La Vanguardia

 


REDACCIÓ11 Abril, 2017

OPINIOSer mujer en la política no es fácil. Igual, para una mujer ser muchas cosas no es nunca del todo sencillo y viable. Carme Chacón nos ha dejado. A  mi entender, antes de que fuese su justa hora. Pero se ha ido siendo un  maravilloso ejemplo de vida, de lucha diaria por lo que creía y de una humildad política y personal de anhelado ejemplo, símbolo y modelo a seguir.

sergio_farrasEl otro día se le paró el corazón injustamente y demasiado deprisa, -son las cosas injustas de ésta limitada vida- pero sus latidos todavía se escuchan en los oídos agradecidos de los que la quisimos como una amiga y como una gran habilidad para gobernar en cargos complejos. ¡Una mujer extraordinaria!  La política socialista, de 46 años, sufría una cardiopatía congénita. Si en 2008 rompió moldes con el mando del Ejército, en 2012 se quedó a las puertas de la secretaría general del PSOE. Alfredo Pérez Rubalcaba la superó por 22 votos. Alejada de la primera línea política desde 2016, mantenía su ascendente como demostró en primera fila en la presentación de la candidatura de Susana Díaz.

Tenía una sonrisa que encantaba como las hadas que fascinan. Era una sonrisa que animaba a vivir a cuantos conocían su enfermedad congénita, a vivir luchando más que por su propia sobrevivencia, por contribuir al bienestar de los demás. Sólo así se explica su doble profesión de política y abogada tan incompatible con la necesidad que su salud le imponía: tranquilidad, evitar sobresaltos, soslayar disgustos y superar contrariedades.

Le gustaba la política y estaba dotada para ejercerla con eficacia y ejemplaridad. La antipatía de algunos la convirtió en musa y molesta de émulos adversarios de sus rivales, algunos de poca monta, de los que creen todavía que la mujer ha de estar siempre “jugando a las cocinitas”. Carme Chacón, de la política española siempre fue una estela de fuerza y lucha admirable, dejando un legado de aprendizaje e ilustración didacta en esto de la política, para ser baliza que marcará a buen seguro el camino para otras mujeres que se dedican a esto del complejo y enrevesado oficio de la política. Mujer de hermosas alamedas que diría aquél político, presidente y poeta chileno: “Se abrirán las grandes alamedas” de Salvador Allende. Se abrirán seguro por ti, Carmen.

De la mujer se sospecha cuando es joven porque desestabiliza a la manada y se le rechaza cuando los años pasan cuando ha perdido competitividad. Es excomulgada por fea y también cuando es bella. En el primer caso se dice que es repulsiva, en el segundo provocadora. Cuando no es lo uno ni lo otro, la tildan de mediocre.

(Camila Vallejo. Dirigente socialista y política chilena)

Descansa en paz Carme.

Sergio FARRÀS
escritor tremendista.

 


REDACCIÓ25 Desembre, 2016

OPINIO¿Recuerdan a aquellos hombres disfrazados con una nariz roja, rostro blanco y una peluca de diversos colores que le hacían reír? Pues en la actualidad, causan terror en algunas partes del mundo y son apodados como ‘payasos asesinos’. Su popularidad ha provocado que la Policía Nacional haya enviado un mensaje de tranquilidad de cara a si nos encontramos en una situación tan kafkiana como esta, que no por ello deja de ser tesitura curiosa y sorprendente. E igual, no saber reaccionar con medida justa de proporcionalidad puede crear más de un disgusto y acabar la cosa malamente. Parece que ahora lo que está de moda es asustar al personal por la calle y con alevosía, ataviado con un disfraz o máscara de payaso diabólico (No de clown serio y con profesión como lo fuesen los payasos de toda la vida que es oficio más serio) Se conoce que alguna gente tiene demasiado tiempo libre y van cavilando en como pasar ese rato vacío que les queda en sus almas desorientadas y un tanto perversas.sergio_farras

Después de sembrar el terror en Estados Unidos y Suecia, donde se registró un apuñalamiento y todo, salen a la luz las primeras fotografías de personas con este disfraz tomadas en nuestro país, que no iba ser menos en cachondeos y chirigotas metropolitanas. Esto de ir asustando a la gente por la calle en los tiempos que corren no es de cabal envergadura del sentido común, sino es fecha de carnaval o fiesta pagana que se precie. Igual, si estos elementos de la afición poco deportiva de asustar a la brava por las calles oscuras se pasaran al fantasma Casper ¡Adonde va usted a parar!, que es espectro más tierno y conmovedor, no habrían estos disgustos y malos entendidos que está provocando dicha conducta de asustar diabólicamente y con malicia de crear terror más que sana alegría, como aquél cómico de la antigua Grecia llamado Menandro, comediógrafo griego y muy amigo de Epicuro de Samos. El filósofo helenista.

Un payaso (del italiano pagliaccio) es un personaje estereotípico representado comúnmente con vestimentas extravagantes, maquillaje excesivo y pelucas llamativas. Y con este tema de los aficionados payasos diabólicos, los payasos de verdad, al final,  tendrán que ir vestidos como los de la “secreta”: de paisano, o corren el peligro de encontrar a macho que se le vaya la olla, que vaya bebido o bajo cabreo descomunal por no llegar a fin de mes, y que no comparta su sentido macabro del humor acabando y llevándose el payaso asustador una patada en los cataplines. Así, en caliente y en primera persona, mientras el diabólico sujeto se resquebraja el resto de la noche en tan noble, e igual, merecido dolor. Porque la gente transeúnte últimamente no está para muchas tonterías ni bromas impresentables, que igual no entienden ante las intenciones medio lelas del payaso asustador.

Esta sociedad esta cambiando, casi mutando en su comportamiento social. El sentido del humor ya no es tan carpetovetónico ni tampoco tan de humor blanco, lejos ya de los ilustres y anacrónicos “Pajares y Estesos”, propios de otras épocas pasadas que representaban al español medio. Un buen payaso sabe que para arrancar la alegría y una sonrisa debe de entregarse en canto y alma a su público; el que va a verlo al circo o en sala habilitada para tal espectáculo, y deambular dentro de un contexto a poder ser en bajo una carpa o en un escenario. Y buscarse el camino en otra parte que no sea su normal hábitat solo le puede traer problemas sino quiere salir a palos, y mal dada su suerte, de muñeco Chucky de segunda división.pallassos

Porque no es de ser payaso serio y formal el de embestir por sorpresiva maniobra nocturna desvirtuando su cometido y con alevosía de aterrorizar a chicas lolitasjóvenes, parejas que van cogidas tranquilamente de la mano, abuelas fácilmente asustadizas y otras gentes que deambulan en la canalla noche. Yo siempre he creído que las cosas no suceden porque sí, y a estos payasos diabólicos que asustan como si tuviesen todo le juicio perdido algo les ocurre en su perversa y maliciosa alma. Igual es cosa de estudio para psicólogos y otras gentes especialistas del raro e insólito comportamiento humano de este siglo XXI. Porque igual, estos payasos diabólicos son gentes tristes y son como el que usa un antifaz para´ disimular su quebranto y propia amargura. Y todo esto no sana la herida de la mala leche que llevamos encima los ciudadanos en esta sociedad tan estresante y agobiante de estos contemporáneos días, que a duras penas contenta en estos tiempos tan convulsos que corren. El payaso es un oficio, pero también un estado del espíritu. Esto es cosa que hay que tener clara.

Cuando pienso en el dolor que hay en el mundo, agradezco tener una oportunidad inaudita de poder hacer nacer una sonrisa, una risa. La pista es un rincón del paraíso donde los clowns entramos para hacer olvidar a los demás y a nosotros mismos las desdichas.” Annie Fratellini (Payaso francés y genuino de verdad)

Sergio FARRAS
Escritor tremendista

 


REDACCIÓ28 Juliol, 2016

OPINIOLa cogida, la muerte y el desvarió de toscos y ásperos comentarios que han sucedido después del fallecimiento la pasada semana del torero Víctor Barrios en la plaza de toros de Teruel, ha desatado un montón de adhesiones solidarias, pero también un torrente de insultos, descalificaciones e infamias en las redes sociales y otros escaparates digitales. Y como los comentarios ofensivos contra el diestro no parecen constituir delito, se animan algunos antitaurinos a hacer su propia versión de “sangre y arena”. Pero igual, esto es de un macabro baldón de afrenta y no libertad de expresión al uso. ¡Entiéndase el agravio y el infinito desprecio hacia la muerte de un ser humano como algo preocupante!sergio_farras

Era una tarde de esas, una tarde cualquiera, y ocurrió lo que vaticinó con el arte de la lírica rapsodia la rima del maravilloso poema de Federico García Lorca. El torero Víctor Barrios no salió por la misma puerta por la qué entró, porque todo el cuerpo le tembló hasta que se le apagó la luz de su alma. Allí en la plaza se dejó la vida el torero Víctor Barrios, y comenzó como cosa absurda y descabellada  la controversia de donde está el límite de la crítica constructiva y del insulto cruel e inhumano, igual avalado por ir vestido de “moderno” o por destacar como bufón de pantomima en las redes sociales al precio que sea.

Pues algunos tuiteros y opinadores varios en Facebook que se propasaron vehemente y excesivamente impulsivos, en mi opinión, con el error de caer en la trampa del fácil populismo más facilón y burlesco. Pues el odio y la rabia no son emociones piadosas ni tampoco inquietudes ni soluciones nada compasivas. En estos casos de infortunios y percances tauromáticos suelen correr más ríos de tinta que de sangre. Y los maliciosos comentarios doblaban a muerto de inquino desprecio cuando al joven torero el asta le entró por su muslo como el cuchillo a la mantequilla, y se fue de una cornada mal dada para el otro mundo por enfrentarse a la bestia que le quitó el aliento final de su vida.

Aunque posiblemente igual ha sido cosa injusta y de desmedida proporción tanto insulto y ofensa con desproporción inquina al diestro fallecido y a su familia. Porque con decir la cosas sin maldad ni despreciativa crueldad ya se cumple, y se queda divinamente bien como defensor de animales, bestias, de tortugas de mar o de cualquier cosa o entidad de naturaleza a defender.

VICTORBARRIOS
Victor Barrios

A Víctor Barrios le pasó un poco lo mismo que a aquél poema de Federico García Lorca, eso sí, con un punto un tanto menos erudito y de fina condición. Pues algunos comentarios han sido tan salvajes y poco ilustrados como el qué manifestó el “ilustre” profesor valenciano Vicent Belenguer, que comentó lo siguiente: “Me alegro mucho, lo único que lamento es que de la misma cornada no hayan muerto los hijos de puta que lo engendraron y toda su parentela…” ¡Bailaremos sobre tu tumba y nos mearemos en las coronas de flores que te pongan cabrón! Dijo este personaje un tanto necio y prepotente  profesor.

¡Caray amigo profesor! Esto no sería lo que se llama empatía en su estado más puro, estimado docente de la baja provocación. Pues viniendo estas palabras de su condición de maestro, señor Belenguer,  me sorprenden y me asombran tanto como las desprecio y las desconsidero. Pues si entre todos juntos: animalistas y pro taurinos no hay diálogo y sentido común que aplicar de los que presumimos de cultos e ilustrados, con estas manifestaciones no hacemos más que bajar el listón y volar al raso por la senda de la demagogia facilona y cruel,  desvaneciéndose por el camino todo diálogo de la la piedad más altruista y volatilizándose todo el factor humano que engendran y encienden estas situaciones.

De momento se han recopilado más de 50 mensajes de antitaurinos en diferentes redes sociales en los que se alegran e, incluso, celebran la muerte del joven Barrios, de 29 años, vertiendo, además, insultos hacia él, hacia su viuda y miembros de su familia. Cosa que igual es de injusta medida y falsa vara de medida con tanta inercia camino hacia el insulto más cruel.

A servidor, que obviamente no le gusta en absoluto el maltrato animal, que tiene amigos animalistas  y que jamás ha asistido a una corrida de toros -por este orden- hubiese sido un tanto más sutil, bondadoso y hasta misericordioso con este tema. Y, como cosa del fatuo destino, me hubiera bridado bien cogido al lírico y astuto poema de Federico García Lorca:

En la primera parte, La cogida y la muerte, Lorca describe la agonía y la muerte de Ignacio el torero. Toda la composición está marcada por unas coordenadas temporales concretas: el acontecimiento tiene lugar: “A las cinco de la tarde. A las cinco en punto de la tarde” hora en que empieza la corrida y que el autor repite exactamente 29 veces a lo largo de todo el texto. Esta reiteración crea un ritmo monótono y una musicalidad que parece la de una campana de un rito fúnebre que dice más o menos así:

“Eran las cinco de la tarde y un muslo con asta desolada empitonó con furia desmedida. ¡Y el toro corazón arriba! Fue cuando la plaza se cubrió de yodo y la muerte puso huevos en la herida a las cinco en punto de la tarde. Un ataúd con ruedas es la cama a las cinco de la tarde. A lo lejos viene la gangrena, las heridas quemaban como soles y el gentío rompía las ventanas a las cinco de la tarde…”

No es el toro culpable de nada, pues es animal este el morlaco, bestia dada al sacrificio de la tauromaquia y al espectáculo viril y enérgico de los mozos de cualquier pueblo con folklore y tradición de estos espectáculos y menesteres taurómacos. Ni tampoco es el torero mártir o héroe de los bordones de cualquier coso taurino. Porque igual, entre todos juntos, hemos creado una falacia irracional con este tema que desvirtúa la total realidad. Separemos la paja del grano y no seamos tan carpetovetónicos ni cínicos críticos con tan feroz impulso violento en este tema. Pues las costumbres y arraigos de esta España a veces un tanto Botejara y primitiva, con sus defectos a la vista de problemas imaginarios, pero también con sus virtudes a destacar con fuerza de corazón y de tradiciones arraigadas en el pueblo no se pueden “matar” de un simple carpetazo o panfleto al uso. Y esto de enfrentar a las masas de opuestos polos divergentes entre temas tan delicados y de eterna discusión ácida y tan provocadora como esto de: “toros sí toros no”, siempre salen perdiendo ambas partes mírese por donde se mire. Y el factor humano y el animal (por supuesto) quedan fuera del alcance de las miras del sentido común que debe de ser ecuánime y justo. Las buenas formas y las prudentes maneras que ejercitan una gran influencia sobre la opinión pública, no deberían de llegar a estos niveles de rencores e inquinas antipatías tan salvajes como la que ha ocurrido con este suceso. Pues es entonces cuando parecemos más bestias nosotros que el pobre morlaco siempre con su camino asendereado y marcado de la penitencia y el austero sacrificio.  ¡Hablemos con la justa riqueza del entendimiento y no hagamos  encrucijada retorcida de los siempre detestables agravios y ofensas!

Es moral lo que hace que uno se sienta bien, inmoral lo que hace que uno se sienta mal. Juzgadas según estos criterios morales que no trato de defender, las corridas de toros son muy morales para mí”. (Ernest Hemingway)

Sergio FARRAS
Escritor tremendista


PD 
Víctor Barrio murió el pasado día 9 en la plaza de toros de Teruel tras sufrir una grave cornada que le perforó el pulmón derecho y le provocó la rotura de la aorta torácica.