REDACCIÓ8 Març, 2021Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo
que es la sociedad en la cual no sólo es permitido,
sino exigido, el ser persona.
María Zambrano
Alicia Miyares manifiesta en su libro Democracia Feminista que “no es suficiente sentirse libre sino que es preciso que todas las esferas en las que interactúo reconozcan mi libertad y esto solo será posible si estas instancias están atravesadas por la idea de igualdad”. Para ser igual hay que ser socialmente igual, no es suficiente con una igualdad formal ante la ley.
Es absurdo plantear situaciones igualitarias entre mujeres y hombres sin conocer la teoría feminista.
El Feminismo toma su gran impulso en la Ilustración europea, aunque había arrancado en la filosofía barroca. Es en el siglo XVIII, origen de nuestro marco institucional y de modos de vida actuales, cuando surge el primer feminismo, cuando surge la polémica del papel que deben representar las mujeres. El feminismo rompe con el pensamiento heredado provocando una gran polémica en el movimiento ilustrado.
Desde entonces el Feminismo, siendo una teoría política, por lo tanto es una ideología, plantea un nuevo modelo de democracia.
El Feminismo tiene como finalidad eliminar la discriminación por sexo y superar los roles de género. Para ello es preciso un profundo cambio cultural que elimine los géneros analizando de forma crítica los estereotipos sexuales. Las políticas que se aplican desde las instituciones deben incorporar la perspectiva feminista.
De nada sirve que las responsables de políticas de las mujeres se llenen la boca y el cargo de autoproclamas feministas si, por poner un ejemplo sencillo, los nombres de plazas y calles de la ciudad solo recuerdan a varones.
Preocupa que la concejala responsable de hacer políticas para fomentar la igualdad entre mujeres y hombres de muestras continuadas de no conocer una lectura tan básica como La ciudad de las damas, de Christine de Pizán.
La geografía y el urbanismo feministas no solo señalan ausencia de huellas de las mujeres en Tarragona, también la ausencia de políticas que corrijan el modo desigual en que mujeres y hombres utilizan el espacio debido a las diferencias jerárquicas de poder.
En Tarragona hay muchas cosas por hacer, tantas que escoger alguna sería bastante sencillo. Optar por el postureo y la fiesta es un agravio a la precaria situación que padecen muchas mujeres en nuestra ciudad.
Las mujeres tenemos muchos motivos para salir a la calle el 8M, muchas reivindicaciones, muchos derechos que defender, muchos apoyos que exigir y mucho que reprochar a quienes se dicen feministas (la autoproclamación no convierte) y abandonan a las mujeres.
Es especialmente cruento que quienes se bautizan de izquierdas olviden o desconozcan que son herederas de las “garment workers”.
En Tarragona debemos recuperar el lema de la manifestación del 8 de marzo de 1908 en Nueva York: “Pan y rosas”.
Rocío LEÓN ALLER
Miembra de la junta de Adipm (Asociación por la Defensa de la Imagen Pública de las Mujeres)
Hoy, 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Se trata de una jornada histórica de reivindicación por parte de los colectivos feministas y de la mayoría de mujeres en general. En honor a tantas féminas que han luchado durante décadas para mejorar sus condiciones como ser humano, a continuación detallamos los 8 objetivos históricos del feminismo según la página 15Mpedia.
En cuanto a derechos y libertades más actuales, el feminismo defiende el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Se trata de un tema de debate completamente vivo, y no solamente en España, sino incluso en algunos territorios de Estados Unidos. A su vez, y aunque en la teoría sea algo que se cumple, el movimiento feminista persigue una igualdad efectiva de salarios para con los hombres en relación con la misma tarea. Las estadísticas muestran que efectivamente, la brecha salarial es una realidad. Se podría considerar a los sindicatos como los principales portavoces en este asunto, aunque todavía queda para ver la luz al final del túnel.
En este sentido, otra de las metas a lograr es la repartición equitativa de las tareas domésticas. Esto se puede percibir como un objetivo difícil de alcanzar a corto plazo, por lo que muchos ayuntamientos – como el de Cambrils – han empezado a aplicar campañas educativas para niños, con el fin de inculcar esa idea ya desde la niñez.
