Corría un 11 de marzo en los trenes de Madrid, cuando de repente tuvo lugar el mayor atentado terrorista de la historia de Europa. Este suceso, que se cobró 192 vidas e hirió a casi 2.000 personas, se atribuyó erróneamente a ETA. Y es que la culpable de los hechos fue Al-Qaeda. 18 años después de la tragedia, Netflix estrena un documental que analiza lo que se conoce como el 11-M.
El film ya está disponible y se ha elaborado con más de 230 horas de entrevistas a supervivientes, familiares, personas directamente relacionadas, expertos, académicos, periodistas y juristas. 11M está escrita y dirigida por José Gómez y producida por Villa Lunera Films, Sirius Pictures y Rogue Films. Los productores ejecutivos son David Van Der Gaag, el ganador de un Oscar y de un Bafta, Kevin Macdonald, y José Gómez.
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rafa
25 Febrer, 2022 at 10:37 am
Los atentados yihadistas cometidos el 11 marzo 2004, tres días antes de las Elecciones Generales, desataron en España un terremoto político cuyas consecuencias aún estamos digiriendo. Tal conmoción llevó a parte del Gobierno a acusar a la banda criminal ETA, llamando a directores de periódicos y precipitándose con un telegrama a embajadas y organismos internacionales el mismo día, a las 17:30 hrs. Ese fue el origen y causa de la manipulación mediática que vino después.
Pedro J Ramírez, Casimiro García Abadillo y Jiménez Losantos, con mentiras y medias verdades, acusaron a policías, jueces y fiscales de conspirar para encubrir a terroristas (por ejemplo, “Informe ácido bórico”, 2006). Ignoraron y despreciaron las sentencias de la Audiencia Nacional (2007) y del Tribunal Supremo (2008). Con el apoyo político de Eduardo Zaplana (300 preguntas parlamentarias), Ángel Acebes, Esperanza Aguirre y otros, continuaron con sus “teorías de la conspiración del 11 M” varios años más.
Aún, en junio de 2009, seguían insistiendo en la autoría de ETA con la promoción del libro “Titadyn” (nombre de dinamita utilizada por ETA). García Abadillo prologó el libro con un extenso resumen de las teorías que hasta entonces habían difundido en El Mundo y la Cope, único medio que le secundó. Nadie más le hizo caso en sus alocadas y dañinas especulaciones.
Con su mala praxis periodística dividieron a las victimas y causaron la crispación social y política cuyas secuelas aún están presentes.
Los TEDAX, dos horas después de las explosiones, a las 9:00 hrs., antes de neutralizar las dos bombas que no explosionaron (en Atocha y en El Pozo), observaron que la sustancia explosiva era de color blanco. No de color rojo como la dinamita Titadyn que habitualmente utilizaba ETA. Datos que comunicaron inmediatamente a las autoridades policiales.
Así consta en página 30 y en documento nº 5 del anexo del libro “Las Bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona”. Acceso gratuito en biblioteca universitaria Dialnet:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=561602