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El Nàstic de Tarragona arranca una nueva etapa y aventura con un proyecto de equipo femenino. Actualmente, el equipo se encuentra en Segunda Catalana i ha sumado una derrota y dos victorias. El objetivo del club es estar en lo más alto a nivel nacional de aquí a unas temporadas. Para conocer más de cerca este arranque de liga de la sección femenina, hablamos con Josune Salvador, capitana de la plantilla y compañera de piso del portero de la sección masculina, Álvaro Gonzi. 
Josune es originaria de Pamplona, lugar en el que aprendió a amar el futbol gracias a su familia y a Osasuna. De hecho, ya practicaba este deporte antes de llegar a Tarragona para acabar sus estudios. En esta entrevista, la jugadora explica como se está viviendo este arranque ligueros desde el equipo, así como cuáles son los objetivos que se fijan para el final de temporada.
¿Cómo está viviendo este inicio de temporada?
Llevamos 3 semanas de temporada y la estoy viviendo – por un lado – con unas ganas inmensas, porque me gusta muchísimo el fútbol, y además puedo practicarlo dentro de un proyecto muy bonito. Y por otro lado, con mucha confianza en mi equipo, el primer resultado no fue bueno, pero los dos siguientes son reflejo de cómo vamos mejorando.
¿Dicen que los comienzos son duros, este lo está siendo?
En ningún momento lo he percibido como un inicio duro. Quizá sí que hemos tenido que hacer un esfuerzo extra por hacer una pretemporada corta, conocernos todas personal y futbolísticamente lo antes posible y por adquirir conceptos ràpido para ponerlos en práctica en el juego, pero duro no. Yo este inicio lo he cogido con mucha ilusión y lo he disfrutado mucho.
¿Cuál cree que es el punto fuerte del equipo?
Yo diría que el punto fuerte del equipo son las ganas que tenemos todas y todos de trabajar y de hacer las cosas cada día un poquito mejor. Confío en que con estas ganas vamos a ir de menos a más durante toda la temporada.
¿Y el más flojo?
El más flojo probablemente sea el haber formado el equipo de cero, en el sentido de que tenemos que hacer un esfuerzo extra respecto a otros equipos. Es muy importante conocer entre nosotras las cualidades de cada jugadora, intentar explotar los puntos fuertes de las compañeras en los partidos y ayudarnos en los puntos menos fuertes. También hay chicas que no habían jugado a fútbol 11 hasta ahora o que les está tocando jugar por primera vez en una posición diferente y puede costar un poco al principio, pero como digo, todas tenemos muchas ganas de trabajar, aprender y mejorar.
¿De dónde viene su pasión por el fútbol?
Desde pequeña recuerdo mi vida ligada al deporte de una forma u otra. En un primer momento me costó decidirme por el fútbol y quizá empecé algo más tarde de lo normal, pero siempre lo he vivido en mi familia. Soy de Pamplona y allí en general somos muy forofos de Osasuna, mi familia también. Mi hermano lleva toda la vida jugando a fútbol y los findes en mi casa están llenos de fútbol, su partido, el mío, el de Osasuna… Mis padres siempre han estado encantados de ir a vernos y disfrutarlo con nosotros.
¿Por qué decidió apostar por el proyecto femenino del Nàstic?
Decidí venir a Tarragona y terminar aquí mis estudios, y en ningún momento he querido dejar el fútbol, pero la verdad es que no conocía aquí ningún equipo. Tuve un gran golpe de suerte, al acabar mi último partido amistoso con mi equipo de Pamplona antes de venir me enteré de que el Nàstic sacaba equipo femenino y antes de que yo lo acabara mi madre y mi novio ya me habían apuntado. Sabían que yo quería seguir jugando y que estaría encantada de que fuera en el equipo de la ciudad.
¿Cuáles son los objetivos para este año?
Yo creo que el principal es crear un grupo sólido y competitivo, asentar el bloque de jugadoras que componemos el equipo. Otro de los objetivos yo diría que es acabar en la zona alta de la tabla, pero esto sucederá como consecuencia del primero. Poco a poco.
¿Cómo es convivir con otro futbolista en casa?
Para mí es genial, no sé si él pensará lo mismo (risas). Tratamos de cuidarnos mucho, llevar una alimentación adecuada, tener una vida sana, practicar deporte de vez en cuando juntos y por supuesto ver y hablar mucho de fútbol. De hecho, muchos días comentamos entre nosotros los entrenamientos y partidos que hemos tenido y nos hacemos críticas constructivas para mejorar, que al final es algo que los dos queremos. Es fácil convivir cuando los dos vamos en la misma línea y tenemos estilos de vida tan parecidos.
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