REDACCIÓ
En un territorio olvidado. Ahí nos encontramos. Y digo ”nos” porque somos mayoría. Somos ciudadanos, catalanes y españoles. Nosotros no definimos a las personas por ideales, ni por orígenes. Otros sí. Lo único claro es que todos somos personas. Y ser persona no se trata de tener una cabeza, dos ojos, una nariz, una boca, dos brazos y dos piernas. Ser persona va más allá. En un ámbito más social, ético y moral. Destacaría una palabra -entre otras- que marca lo que es ser persona o no ser más que un cuerpo con vida. Convivencia.
Las personas estamos conviviendo entre nosotras dentro de ciertos marcos -legal, territorial, social y económico entre otros-, por ello debemos saber respetar que todos podemos tener una visión dispar en una o múltiples situaciones. El punto de diferenciación no hace a nadie mejor o peor. Todo lo contrario. La diferenciación dentro de cualquier colectivo lo único que hace es favorecer el grupo. Enriquece. Hace crecer. Mejora el conjunto.
Como catalán, me preocupa hacia que posición pueden llevarnos unos cuantos – los del ”juntos por el 3%” – a todos los catalanes. No soy un experto en el análisis de datos económicos, ni en relaciones internacionales; de hecho no soy experto en nada. Dejando a un lado el lado subjetivo del pensamiento ideológico y basándome en la pronunciación de diferentes personajes e instituciones internacionales, me pregunto cómo pueden creer que realmente es viable una declaración unilateral de independencia por parte de un territorio. En este caso, Cataluña. Vayamos más allá. Me pregunto cómo una persona puede engañar a sus electores, escondiendo la realidad. No solo esconde la realidad, además la manipula. Llevar a un tan valioso territorio a un punto de no retorno, a un punto ” del no res ”. En lugar de destinar el dinero de todos los catalanes – independientemente de su pensamiento político – a la fracturación de esta sociedad ( donde todos deberíamos convivir con nuestros derechos, obligaciones y libertades ) podríamos destinar fondos, fuerzas y trabajo a salir hacia delante todos juntos. Eso si es convivir, ese es el verdadero bien común. El bien para el conjunto de la sociedad, sin discriminaciones, sin separatismos. No el bien para un grupo de amigos.
Muchos dirán que esta situación viene dada por la mala gestión desde el gobierno central. No lo vamos a ocultar. Hasta hace nada ellos han sido los mayores cómplices del nacionalismo. Con su silencio nos han olvidado. Han olvidado a los millones de catalanes que luchamos contra la independencia, y luchamos para la unión. La unión de todos los españoles. Sin construir barreras. Pero construyendo puentes que nos unan. Delante de esta situación de dejadez por parte de varios gobiernos centrales no debemos ceder. Todo lo contrario. Debemos unirnos todavía más – la totalidad de los catalanes- para que de manera conjunta jubilemos aquellos que nos han olvidado. Cataluña necesita cambios. España también. La unión hace la fuerza. Aboguemos por una Cataluña mejor dentro de una España mejor. Una Cataluña de todos y para todos. Y una España que no nos deje en el olvido de su silencio.
Habla un catalán de nacimiento y de sentimiento, pero también habla un ciudadano español. Una simple persona que quiere lo mejor para su tierra. Que la gente se sienta orgullosa de pertenecer a ella. Una sociedad que no viva en la ”espiral del silencio”. Un pueblo que respete la ley. Donde la diversidad no sea castigada, y sirva para mejorar. Para tirar hacia delante. Con las miras puestas en el futuro. En el futuro de las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Y el lema es claro, directo y conciso: MEJOR UNIDOS.
Aleix MARTIN RODRÍGUEZ
‘Ciutadans’ Reus
01
REDACCIÓ
