La alargada sombra de Mario Rigau planeó en la sala consistorial en el último pleno dedicado por enésima vez a los dichosos Juegos Mediterráneos del próximo año. 
Sus apocalípticas declaraciones sobre la organización del evento cogieron por sorpresa a todos, pero una garganta profunda en el meollo del Comité Organizador me ha proporcionado información interesante al hablar más de la cuenta en el asiento trasero de la limusina y eso me lleva a escribir esta entrega de hoy.
Situemos primero al personaje. Mario Rigau llega como paracaidista sindical y aterriza en Tarragona en 1998. Rápidamente se hace con el control de la UGT. Sus excompañeros tienen opiniones antagónicas en relación a esa etapa. Los que le defienden dicen que hizo del sindicato una máquina de ganar elecciones sindicales y arrinconó a Comisiones Obreras.
Los que le critican aseguran que convirtió el sindicato en una plataforma de poder a su servicio y aniquiló cualquier rastro de vida democrática dentro del sindicato, eso sí, con el beneplácito de su valedor, José María Álvarez, al que le unía una relación “especialmente amistosa” según los cotilleos sindicales.
Ese bajo talante democrático de Rigau tiene su explicación. En sus años mozos encabezó una minúscula formación comunista extremista liderada por el pro soviético Enrique Líster. El estigma bolchevique está en su genoma político. Se entienden muchas cosas, como que Laia Estrada y él hagan buenas migas. Claro que, como cualquier comunista de bien, ha acabado siendo empresario y de derechas. ¡Puaj!
Luego tomó las riendas de la que alguien tuvo la feliz idea de bautizar como “la candi”. Allí volvió a organizar una maquinaria a su servicio y al servicio electoral del alcalde Ballesteros. Lo combinó con varios cargos en asociaciones y fundaciones de todo tipo. Editó un semanario provocador dedicado a destripar a Victoria Forns en la campaña electoral de 2011 y, una vez conseguida la nominación de Tarragona para los Juegos Mediterráneos, desapareció del mapa… hasta hace poco tiempo.
Como no soy entendido en la materia, contrasté con varios expertos las declaraciones de Rigau sobre el proceso organizador de los Juegos. Lo hice con personas entendidas que no tienen ni filias ni fobias con los protagonistas del asunto en ciernes. 
El resultado de mis consultas deja poco lugar a dudas: la coincidencia fue casi unánime en valorar como ajustadas a razón dichas declaraciones. Pero como lo más olímpico que acostumbro a hacer es el salto de cama, dejo esta perspectiva por tediosa y manida.
Me importa más poner el acento en el por qué Rigau hace esas declaraciones. La garganta profunda me aporta material para levantar tres hipótesis y serán mis lectores los que extraigan sus conclusiones.
1ª HIPÓTESIS. POLI MALO, POLI BUENO
Rigau desarrolla actividades profesionales y “bussiness” en Argelia. Parece que el mismísimo Amar Addadi, argelino presidente del Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, fue quien le animó a iniciar la aventura empresarial argelina. También he sabido que dichos negocios tienen que ver directamente con el Ministerio de Deportes y con la ciudad de Orán, que organiza los juegos en 2021. Y por si fuese poco, Rigau ostenta el cargo de presidente de la asociación España-Argelia. ¿Sería razonable pensar que mantiene contacto con el Sr. Addadi? Pienso que sí. Entonces la primera hipótesis del por qué de esas declaraciones de Rigau sería que se lo pidió el propio Addadi, jugando a esa vieja táctica de poli bueno y poli malo.
2ª HIPÓTESIS. LOS CAMARADAS
Garganta profunda asegura que fue Rigau quien propuso el nombre de Ramón Cuadrat al alcalde para sustituirle al frente del invento olímpico. 
Y con las ganas que tenía Ballesteros de poner tierra de por medio con Rigau no es de extrañar que le dijese que sí, que aceptaba la propuesta. El pasado año Ramón Cuadrat habría encargado a un grupo de expertos externos un informe sobre la situación del proceso organizador. Dicho informe, según se me confiesa, dejaba en mal lugar a los organizadores. Javier Villamayor habría decidido esconder dicho informe y, a los pocos días, se apartaba a Cuadrat de la dirección del Comité Organizador. Las declaraciones de Rigau obedecerían a unos lazos de camaradería entre Rigau y Cuadrat que yo, personalmente, desconocía. De hecho, Rigau lo defiende en sus declaraciones.
3ª HIPÓTESIS. RIGAU Y EL DOLOR DE PRÓSTATA
Un buen amigo socialista me dijo que Rigau, aunque parezca que no está, siempre está y me añadió: “¿Cómo sabes que está? Porque te duelen los hue….”. Rigau ha regresado a la escena política de la ciudad a su manera, siniestramente, controlando el tempo y un paso por delante del resto. Sus declaraciones han venido precedidas de encuentros y reuniones no casuales con, que yo sepa o me hayan dicho: 
Rubén Viñuales, Laia Estrada, Xavier Sabaté, Alejandro Fernández, Carlos Castillo y algunos miembros del Comité Organizador. Sumemos a esto su nueva plataforma Tarragona Activa, levantada sobre las costillas convergentes, y sumemos la maniobra en Ara Tarragona y tendremos la tercera hipótesis montada: ha regresado con un objetivo político, pero no sé vislumbrar muy bien cual… por el momento. Según esta tercera y certera hipótesis, sus declaraciones no estarían tanto en clave olímpica como en clave política.
Si aceptamos esta clave política, el siguiente paso es pensar a quién benefician esas declaraciones. Si el mayor perjudicado es Javier Villamayor, al que Rigau pone en la picota, según garganta profunda, por algún ajuste de cuentas, entonces la persona más beneficiada sería… lo analizaremos en una próxima entrega.
Agudizaré el oído y veré qué más puedo averiguar de los pasajeros de la limusina y de la garganta profunda. Lo que sí puedo decir es que Mario Rigau me parece sacado de una peli de cine negro, en la que los callejones oscuros con destellos de ráfagas de plomo dejan adivinar su silueta.
Hasta pronto!!!
REDACCIÓ2 Juny, 2016
