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Las calles de Colombia atraviesan momentos muy duros. La semana pasada, el Gobierno decretó una reforma fiscal que pretendía recaudar más dinero para llenar las arcas del Estado, las cuales se encuentran en una situación muy delicada a causa de la crisis originada por la pandemia. Como respuesta, el pueblo colombiano tomó las calles en señal de protesta, ya que dicha reforma incluía subidas de tasas vitales como el IVA en productos de primera necesidad. El Gobierno, encabezado por Iván Duque, sacó armamento militar para frenar las manifestaciones.
En consecuencia, los enfrentamientos entre ambas partes han sido devastadores para el país, dejando al menos 24 muertos y 87 desaparecidos en apenas una semana. Además, varias mujeres afirman haber sido violadas por las fuerzas policiales. Las protestas obligaron a Duque a dar marcha atrás con la reforma mientras -a su vez- dimitía el ministro de Hacienda.
Lejos de acabar con el malestar de los ciudadanos, las luchas en las calles de la nación han seguido creciendo. Decenas de comisarías han sido calcinadas, haciendo que muchos agentes tengan que correr por sus vidas. Lo peor es que esto solamente puede ser el principio, ya que expertos aseguran que esta situación podría contagiarse a países vecinos que se encuentran en una situación similar a la de Colombia.
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