El Día del Padre sirve para homenajear a todos los padres del mundo, algo que debe combinarse con la eliminación de la estigmatización del género masculino. Por ello, la mejor opción son los regalos personalizados, objetos que no tienen porqué ser necesariamente para hombres y que seguro emocionan a cualquier padre.
Las posibilidades son infinitas, desde una taza con una foto de padres e hijos hasta almohadas, colchas, camisetas, puzles, felpudos y hasta jarras de cerveza. Otra buena opción son desayunos especiales hechos ad hoc para el papá de la familia. Eso nunca falla.
Si volvemos a lo de romper las normas del género, una gran oportunidad de hacerlo es con un delantal que ponga “Al mejor padre y cocinero del mundo”. Las zapatillas y colonias son un clásico. De hecho, es ir a lo seguro. Sea como sea, lo importante de esta jornada es agradecer a nuestros padres su labor diaria para educar a sus hijos.