27. Abril 2024

Arxius de audiencia nacional ricard checa | Diari La República Checa

REDACCIÓ12 Novembre, 2020

Els agents que van detenir Driss Oukabir, un dels acusats al judici pels atemptats del 17 d’agost del 2017, han explicat a l’Audiència Nacional que estava caminant a 200 metres de la comissaria de Ripoll quan en veure els agents “va començar a dir ‘jo no he fet res'”, després “va fer dos o tres passos enrere i estava molt a la defensiva” i en pensar que podia marxar els mossos van posar-li les manilles “fent força per agafar les mans perquè no col·laborava”.

Oukabir, que hauria llogat alguna de les furgonetes i mantingut una presència habitual a la casa d’Alcanar, tenia com a contrasenya del mòbil “Al·là és gran” en àrab, segons han explicat els investigadors, un element que pel jutge és “una qüestió de creença” no rellevant.

“Li vam dir que aixequés les mans i la samarreta i es tombés a terra i no reaccionava. El vam tombar a terra perquè no feia cas i per seguretat”, ha explicat una agent a la tercera sessió del judici. “Estava sorprès de veure’ns”, ha indicat l’agent, que ha apuntat que no es va dirigir als mossos per entregar-se, tot i que el van trobar a 200 metres de la comissaria, al Passeig de la Farga Catalana de Ripoll.

Aquest agent ha explicat que van ser ells que el van anar a buscar després de rebre l’avís d’una persona que l’havia vist caminant. Un dels mossos ha explicat que ja coneixia a Oukabir d’haver-lo detingut per un altre assumpte pocs dies abans. Els agents també han dit que no havia patit lesions.

Un mosso que va participar en l’interrogatori d’Oukabir ha explicat que inicialment va dir que li havien robat la documentació i, per això, van preguntar per què havia “mentit”. Els agents que van participar en l’interrogatori han dit que van manipular el mòbil davant seu, que els va facilitar la contrasenya, que no van trobar cap conversa de ‘whatsapp’ amb el seu germà Moussa i que no van poder obrir ‘messenger’ de ‘Facebook’.

El jutge s’ha mostrat enfadat quan li han dit que un dels agents no declararia perquè estava de baixa. “Quan jo dic una cosa es fa”, ha expressat, lamentant que no intervingués per videoconferència. “Hauria de venir, aquí és testimoni, no fa de policia”, ha dit. Tampoc ha assistit un altre testimoni que ha donat positiu per covid-19.

A la sessió d’aquest dijous també han declarat els agents que van prendre declaració a Mohamed Houli Chemlal, el detingut que hauria comprat i elaborat explosius i que va resultar ferit en l’explosió d’Alcanar. Tots han dit que va respondre a totes les preguntes, que va donar els noms d’alguns dels membres de la cèl·lula, però que no va aportar dades noves i que es va contradir en alguns moments.

Vincle de Ben Iazza amb la cèl·lula
Un Guàrdia Civil que va investigar Said Ben Iazza ha explicat que la geolocalització del telèfon mòbil de l’acusat el situa prop del xalet d’Alcanar i la de membres de la cèl·lula prop de la botiga on treballava. Segons el testimoni del guàrdia civil, Younes Abouyaaqoub i Mohamed Hichamy haurien visitat la botiga de carn ‘halal’ “uns dos cops al mes” i que la relació entre ells va començar almenys el març del 2017. L’agent ha subratllat que hi ha “gran quantitat” de botigues ‘halal’ a Sant Carles de la Ràpita que “tenien més a mà” però que, en canvi, anaven a Vinaròs.

El testimoni ha explicat que membres de la cèl·lula van comprar material per fabricar explosius amb la documentació de Ben Iazza així com va facilitar la furgoneta a Abouyaaqoub per transportar-ho. L’acusat va rebre 15 euros en benzina com a compensació, segons la investigació de la Benemèrita.

L’acusació particular exercida per l’advocat Jaume Alonso-Cuevillas ha tractat de posar el focus en el fet de si les forces de l’autoritat van rebre alerta d’una compra “elevada” de material per fabricar explosius, però el president de la sala ho ha considerat “impertinent”. Aquesta acusació denuncia la manca de control de la venda de precursors d’explosius.

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REDACCIÓ10 Novembre, 2020

Los tres acusados en el juicio por los atentados de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017 han negado hoy al tribunal que conocieran los planes de la célula terrorista que en ambos ataques provocó 16 muertos y 140 heridos. Tanto Mohamed Houli como Driss Oukabir y Said Ben Iazza se han negado a contestar a las preguntas de la Fiscalía, y solo han respondido a las cuestiones planteadas por sus defensas.

Els tres detenidos

El más parco en palabras ha sido Mohamed Houli -para quien la Fiscalía pide la pena más alta, 41 años de prisión-, que se ha ratificado en las declaraciones prestadas con anterioridad durante la instrucción del procedimiento y ha puesto de manifiesto su “arrepentimiento”, que considera acreditado en que “todas las veces que se me ha llamado para declarar he declarado, incluso voluntariamente”.

Pero en la sala se ha escuchado, a petición de la fiscal Ana Noé, uno de los vídeos hallados entre los escombros de la vivienda de Alcanar -donde murieron el considerado líder espiritual de la célula, Abdelbaki Es Satty, y otro de los terroristas, Youssef Aalla-, el acusado se ha visto obligado a intentar explicarse. Y es que en esas imágenes en las que, junto al autor material del atentado de Las Ramblas, Younnes Abouyaaqoub, y el también fallecido Mohamed Hichamy, se les ve manipulando explosivos, a Houli se le escucha decir que “si Dios quiere esto nos va a abrir las puertas del paraíso” y mientras Abouyaaqoub se coloca un cinturón de explosivo, se le escucha preguntar “¿qué hace esto?”. “Booom”, le contesta su compañero. “Te queda bien eh…”, le replica el acusado entonces. En esa conversación, uno de los terroristas se enorgullece de que para fabricar esas granadas de mano “solo hace falta imán y tener un odio exagerado. Esto no supera los 15 euros, entre 15 y 20, y hace mucho daño. Es una granada de mano improvisada y el presupuesto de cada una no sé cuanto es porque todo lo he traído de mi trabajo”. “Con vuestro dinero nos preparan para mataros, o sea que el problema lo tenéis vosotros, no nosotros -amenaza-. Esto se va a meter en vuestras cabezas, en las de vuestros hijos o en la de vuestras mujeres”.

En su declaración ante el juez Fernando Andreu el 15 de septiembre de 2017 -que también se ha escuchado en el juicio- Houli explica al instructor que ese vídeo se grabó después de una comida en la que dio a entender que le echaron alguna sustancia y estaba “relajado”. “Estaba todo preparado. Ellos me dijeron cómo lo tenía que decir. No estoy a favor de lo que hace esta gente. Solo son palabras. De verdad yo en ese momento no era yo mismo”, declaró al respecto. “Yo estaba todo el día apartado de ellos. Lo hacía para pasar desapercibido porque me podían haber matado en cualquier momento”, añadía para intentar explicar su comportamiento.

En cuanto a Oukabir -que se enfrenta a una petición fiscal de 36 años de cárcel, que las asociaciones de víctimas elevan a prisión permanente revisable, como en el caso de Abouyaaqoub-, el acusado se ha desmarcado tanto del imán de Ripoll, a quien dice no conocer, como de la célula yihadista que nació adoctrinada por Es Satty. “No era una persona ni religiosa ni practicante. No conozco al imán ni iba a la mezquita. Mi vida era la de aquí, salir de fiesta, era consumidor de drogas y alchocol, y salía con chicas de compañía, esto me da vergüenza. Me buscaba la vida”, ha asegurado.

Oukabir, que alquiló la furgoneta con la que se cometió el atentado de Barcelona, ha dicho que le llamaron Younnes Abouyaaqoub, Mohamed Hichamy y su hermano Moussa (estos dos últimos participaron en el atentado de Cambrils y fueron abatidos por los Mossos horas después) y le pideron “que les hiciera un favor y les alquilara una furgoneta para hacer una mudanza, porque ellos no podían por la edad”, cuyo alquiler pagó el autor del ataque de Las Ramblas según ha precisado. Pero él, ha recalcado, no conocía sus planes para atentar. “¿Qué interés iba a tener en todo eso? Perder a mi hermano…”, ha argumentado después de decir que al conocer los atentados tuvo un sentimiento de “conmoción y de shock y de no entender lo que había pasado”.

El juez que preside el tribunal

El acusado ha afirmado que nunca estuvo en Alcanar ni se integró en esa célula yihadista. “Yo no tenía relación con ellos. Mi vida no tenía nada que ver con esos chavales, era más mayor que ellos, tenía ya 28 años. Y jamás fuí a rezar a la mezquita. No era practicante. No conocía al imán”.

El 2 de agosto de ese año, ha manifestado, se fue a Marruecos porque tuvo “una discusión fuerte con mi pareja y vino la Policía a mi casa y me dijo que tenía una orden de alojamiento y me tenía que ir, y fui a Marruecos a desconectar”, y no a adoctrinarse como mantienen las acusaciones. Regresó el 13 de agosto, pero según él porque “la jueza me dijo que tenía que volver o me ponía en busca y captura, porque tenía el juicio el 13 o 14” y, además, tenía “una cita en una empresa de trabajo temporal”.

Respecto a la relación con su hermano Moussa, asegura que “no lo veía mucho” y ha negado que le trasladara los planes de la célula para atentar. “Una vez me comentó que un amigo suyo robó no sé qué, pero jamás pensé en esto”. Eso sí, “el último mes insistía en que rezara y que fuera a la mezquita”, ha añadido Oukabir, para quien las acusaciones contra él “están manipuladas”.

Por último, Said Ben Iazza – a quien la Fiscalía acusa de colaborar con la célula, por lo que pide una condena menor, de ocho años de cárcel- ha reconocido que el 2 de agosto dejó a “dos chicos marroquíes” a quienes “solo conocía como clientes” su documentación y la furgoneta de trabajo, pero ha negado que le dijeran que la necesitaban para trasladar material para fabricar explosivos. “Me dijeron que iban a Tortosa a comprar productos de limpieza”, ha insistido Ben Iazza, que ha asegurado que ni conocía al imán de Ripoll ni estuvo nunca en Alcanar.

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