28. Abril 2024

Arxius de regidora begoña floria | Diari La República Checa

REDACCIÓ18 Abril, 2016

retrovisorBegoña Floria es, desde Maria Mercé Martorell, la política más    influyente en el consistorio. Su nombre “Begoña” – “beg-oin-a”, con raíces en el euskera – significa lugar en la colina dominante. Ella hace honor a su nombre.

Bego – si me permiten este trato de confianza – es un animal político palaciego. Analicémosla. Bego era una periodista de comarcas pizpireta, indefinida políticamente e indefinible ideológicamente. Como periodista era trabajadora, con un estilo severo a la hora de escribir y forzadamente equidistante. Trabajaba en la Vanguardia. Era dura de pelar. Su principal objetivo en aquel tiempo era ganarse la nómina, pero escondía ambiciones inconfesables.

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Floria fent de periodista ‘improvisada’

Bego, dicen las malas lenguas, podría haber desembarcado en las playas convergentes y sin embargo lo hizo en las socialistas. Posiblemente su espíritu con toque rebelde la empatizó más con aquel partido en aquel tiempo, que todavía representaba la contra a l’establishment pujolista.

Llegó a la política orbitalmente. Su astro rey fue Xavier Sabaté – gracias Xavier, contigo empezó todo – y su transformación resultó fulgurante y premonitoria. No pasaron ni unas semanas que Bego ya era la ‘gobernanta’ de la delegación del Govern de la Generalitat en Tarragona. No solamente se ocupaba de las relaciones con la prensa si no que lo controlaba todo. Además, en esas pocas semanas, Bego ya era socialista de toda la vida y azote de sus excompañeros periodistas, tan malintencionados ellos o ellas. No debe ser fácil pasar al lado oscuro.bego1

Su salto a las listas municipales de Josep Félix Ballesteros fue el resultado de un cambalache en Ramón y Cajal. Sabaté quería controlar desde dentro a Ballesteros y Bego podía hacer el papel de submarino rosa. Y es a partir de ahí, del momento en que Bego toca el poder directamente, cuando todos sus poros absorben la droga y desatan una explosión de hormonas de ambición política. A partir de ahí todos los pasos de Bego tienen un solo objetivo: mandar. Y cuanto mayor sea el poder para mandar, más satisfacción.

A Bego pasaria de liderar, gobernar, impulsar… si pudiera mandar. Lo primero que le dicta su instinto depredador y su ambición planificada es convertirse en “hembra alfa” de la manada. Sabe Bego perfectamente que se mueve en un mundo de hombres, machista, aterciopelado por lo políticamente correcto, pero machista en el fondo: las concejalas deben ser mujeres preparadas, pero si tiene buen culo y buenas tetas mejor.

Por eso se muestra implacable con sus compañeras. Junto a ellas en la foto, haciendo lobby femenino, pero machacándolas cuando tiene oportunidad, sobre todo en sus conversaciones privadas con el alcalde, como tantas veces he podido escuchar en sus conversaciones en el asiento de atrás de la limusina. santa tecla_begoSus lazos con Sabaté no tardan en verse maltrechos. Los que tiene con Ballesteros son diferentes. Con Ballesteros no hay tutelas ni tutías, como decía Fraga. Bego lo hace todo por y para el alcalde… pero asegurándose que lo rentabiliza ella personalmente. La ambición ya se ha apoderado hasta tal punto de Bego que ha tomado su alma por rehén.

Todo en Bego es política. Pero una política de palacio. Su gestión no tiene nada que ver con la calle, con la gente. Esos son meros peones a mover en el tablero. Ya ha llegado hasta tal extremo su cosmética política que busca la foto con descaro, sin disimulo. No acude a una reunión en la que la mayor parte del tiempo lo pase dedicándole su atención al móvil. Ay los ‘selfis’. A veces le importa un bledo lo que estén explicando en la reunión pues ella ya se ha hecho un guion previamente, sabe lo que va a decir y a proponer de antemano. Reviste de postiza sensibilidad socialista lo que en verdad es calvicie filantrópica.

Begoña Floria
Begoña Floria

Es un animal político y estratégico. Sabe dar titulares i atraer la atención de los periodistas, sus excompañeros. Bego no quiere ser princesa, pero gestiona su imagen pública. Con mensajes, con videos… Dicen que no es simpática y es fría. Pero es fachada porque es muy tímida y sufre en silencio. Es el rottweiler del gobierno de Ballesteros. Su vestuario pretendidamente casual no cuela. Incluso diría que no siempre viste con gusto y acierto para la ocasión. Y aunque ella siempre ha sido consciente de que tenía un punto sexy, los años no pasan en balde para nadie.

La Bego de hoy no viste de Prada, no viste de nada en concreto. Demasiado sujeta a la ocasión, al encaje, a la foto. La Bego de hoy no puede competir con las nuevas incorporaciones al consistorio y por ello se revuelve contra esa imagen pública de las políticas exitosas del momento. No digo que Bego tenga el “síndrome Arrimadas”, no es eso, pero hubo un tiempo que las ministras socialistas gustaban de salir en la portada de las revistas de moda y mujer.

Bego quiere ser alcaldesa. Desde un punto de vista estrictamente de hoja de servicios Bego es intachable y potente. Ya sean “marrones” o “pollos” o “sapos”, ella los ha ventilado con eficacia y solvencia. Pero eso la hace una excelente directora general, no una buena candidata a alcaldesa. Más, si cabe, con un precedente como Ballesteros, que es la antítesis de Bego. Ella recibió con íntima amargura la llegada laureada de Javier Villamayor. Pero el problema de Bego – una trabajadora nata i incansable – es que no quiere a la gente y por eso la gente no la quiere a ella y de ella desconfia. No se estremece con las personas y sus problemas reales, cotidianos, incluso vulgares, si se quiere decir así.

Begoña Floria
Begoña Floria amb l’alcalde Ballesteros

No empatiza con los ciudadanos corrientes y molientes. Todo es postureo estratégico. Y ya es tarde para que se produzca un cambio milagroso y repentino. Bego sería una excelente parlamentaria. Tiene fuerza, tiene discurso, capacidad intelectual, da bien delante de cámara, es ágil en el debate y se desenvuelve bien en la calle siempre que sea en vuelo rasante. Pero asusta a la gente normal. No se pueden conectar a ella emocionalmente y eso es un hándicap casi imposible de franquear en la carrera de Bego a la candidatura de alcaldesa.

Por eso, en Ramón y Cajal, crece la sensación de que Ballesteros, desgastado y poco creíble ya a estas alturas, sigue siendo mejor candidato que Bego y que, por descontado, Villamayor, en el lejano 2019. Un drama, o casi mejor, un melodrama.

Hasta pronto!!!