02. Maig 2024

Arxius de Juegos Mediterráneos en Tarragona | Diari La República Checa

REDACCIÓ28 Juny, 2018

Como algo mágico y de hechizo de ritual solemne y deportivo, o como el alquimista que encanta el deporte más ilustrado y de alto nivel, se ha presentado este año, asomándose como a una ventana diáfana al mar los Juegos del Mediterráneo en la ciudad de Tarragona, que son una mezcla  entre lo  mitológico y la virtud del deporte de alta cota que acontecen durante estos días en la milenaria ciudad de Tarraco, donde en estas jornadas es organizadora de estos eventos tan biselados como tan deseados por los países ribereños mediterráneos, anhelados y queridos  como en aceite de iris que deja su estela marina, con la sana misión de unir culturas y de la noble intención de  ilustrar y fusionar diferentes civilizaciones  a través del deporte.

Tarragona es ciudad bañada por el antiguo y anciano mar Mediterráneo, que es un mar con tanta historia como de misterios y leyenda de lo que fue: una antigua ciudad romana hace ya muchos de años. Tarragona tiene el noble título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco que ostenta con presuntuosa humildad,  pero siempre con un progreso y florecimiento contemporáneo en su alma y en sus gentes, y como el agua salada y cristalina de su mar es como un puente de luz que ilumina el esplendoroso mare nostrum: “mar nuestro”, que dicho así, en latín, igual queda mejor porque es lengua culta.

Tres aros entrelazados representan la bandera que ondea; osada y decidida, durante estos días de celebración regular del deporte en su estado más sano, puro y competitivo. Son los Juegos del Mediterráneo, donde se compite en diversas disciplinas atléticas, algunas milenarias y todo, adornándolo todo ello con una correcta y suave disciplina en su organización y entrega de estos juegos multideportivos, cubiertos de complicidad sosegada y, a la vez, de inquieta hospitalidad del pueblo tarraconense que abre con vitalidad y empuje las puertas de su ciudad para la realización de este evento tan atlético como de cultural condición, donde se  enseña a trabajar en equipo, ser responsable y a tener una actitud más fuerte en la vida.

Es como una educación deportiva que se mueve entre lo erudito de la competitividad atlética, fusionada todo ello con la educación que busca fomentar el proceso de estructuración del pensamiento y de las formas de expresión. Pues en esta sociedad contemporánea del siglo XXI, tan exigente y avasalladoramente pragmática, donde la tecnología debe de ayudar sí, pero que no debe de ser el icono principal al que sucumbir. Pues el deporte cubre con su anillo mediterráneo estos días la sonrisa que embellece los rostros atléticos y competitivos que son maravilla de verlos.

Tarragona tiene estos días de deporte de alto nivel olímpico  la sana oportunidad de mostrarse reverente al mundo, con su buen hacer y su disposición de mostrarse diáfana como un templo con cúpula de transparente cristal imaginario, que es su hábitat natural de su cielo litoral que cubre la ciudad con su propia personalidad y un esplendor profundamente vivo. Tan humilde como insigne, que incluso se podría premiar con una corona de acebuche al atleta que cumple su promesa, pues tal  rama de  olivo es el símbolo ordinario de la paz que tanto se hace de rogar en nuestros días tan materialistas, egoístas y prosaicos.

Unas olimpiadas de este calibre deberían de ser un ejemplo de humildad, y también de la praxis de la tolerancia social mostrada al mundo, tan flexible como condescendiente de la igualdad y de los valores; de los cuerpos, formas y apariencias que se muestran compitiendo en un escenario que intenta fomentar la buena salud, tanto deportiva como cultural,  donde se complementa también el espíritu competitivo y deportivo con la hospitalidad del pueblo tarraconense. Y todo ello, junto y bien enervado, lleva a un despertar de la empatía con el resto de culturas y civilizaciones que les visitan y que están de paso, con esa sana armonización y concordia del verdadero progreso humano: el deporte de alto nivel. Y por muy diferentes a veces parece que seamos las personas y culturas al final nuestras semejanzas son más que razonables y de humana condición que de lejanas intenciones de hacer este mundo mucho más tolerante, que es tan genuina como una gran verdad buscarla en corazón ajeno. Pues esto del sano deporte siempre viaja en las gentes de buena voluntad, de bondadosas intenciones y acometimiento y superación humana.

Tarragona tiene este verano la oportunidad de mostrarse al mundo desde su balcón mediterráneo que toda cultura se manifiesta en una sociedad plural y diversa, vestida de heterogeneidad e historia social que no le falta ni carece, a lo cual, cabe decir que un pueblo es igual a la cultura que representa. Pues probablemente son la misma cara de una misma moneda que igual hasta los Dioses del Olimpo se acercarán como notarios del buen hacer para comprobar que la moderna, pero también ancestral Tarragona, cumple con su cometido de hacer simbiosis con este reto que se le ofrece. Es una oportunidad de mostrarse al mundo que tarragona no puede rechazar ni tampoco quedar al margen de la virtud de exhibirse como una ciudad moderna, flamante y reformada, mostrándose como un manto de sana acogida de colectivo universal donde todas las culturas  asistentes y visitantes se encuentran, se abrazan y quieren hacer el instante eterno ofreciendo una infinidad y repertorio de encantos deportivos y artísticos a la vez.

¡Gracias por todo ciudad de Tarragona! Felicidades y haced de vuestro muro mediterráneo un sólido peldaño cultural y atlético que pueda mostrarse al mundo orgulloso como un espejo que refleja tres pilares fundamentales: el deporte, el arte y la educación.

Sergio Farras, escritor tremendista.

 

AYUDA

– ilumina el mundo” con………-el deporte puede que sea la columna vertebral de la …………….. – de los viejos pescadores un arribo a puerto” – cualquier lugar es tu hogar – fomento de la salud – meta vital – haced de vuestro muro un peldaño – La sonrisa embellece los rostros – El mundo no es tan obvio como pensamos – Mirada y sueño – la luz del alma en la mirada…………

Sergi FARRAS
Escriptor i columnista de La Vanguardia