REDACCIÓ18 Juliol, 2016
CLAVELES
JOSEP ANDREU (el malquerido). No pasa semana en la que el guaperas Josep Andreu no protagonice una buena noticia para el Puerto y para la ciudad de Tarragona, como esta pasada lo fue la inauguración del nuevo Teatre del Pòsit. Y sin embargo los supuestamente suyos no le quieren. No le tienen ningún cariño y, es más, desde hace unos meses los pedeceros locales han iniciado una sibilina campaña de erosión hacia su persona y su permanencia en el cargo. Si no hay elecciones anticipadas, Andreu podría ser una víctima más del “prusés”. En la Catalunya estelada cada vez cabe menos gente.
FÈLIX ALONSO (trialcalde). Este alcalde comunista y experiodista -o periodista y excomunista-, le ha metido a Altafulla la sexta marcha municipal. El municipio está en línea ascendente desde su llegada a la alcaldía. Las declaraciones de Alonso criticando al Comité Organizador de los Juegos han sido una rebelión valiente pero solitaria frente a la inoperancia. Alonso ha dicho lo que piensan y callan tantos alcaldes como subsedes hay. Hemos preferido darle a él un clavel en lugar de una ráfaga de tomatazos al resto de alcaldes.
BEGO FLORIA (seductora). Elegante, atractiva, equilibrada, relajada, en definitiva, deliciosamente seductora estaba Begoa Floria en su segunda aparición entregando premios pirotécnicos. Nos hizo caso a un tomatazo anterior y ha triunfado. (!Claro que sí!!!) Un clavel muy merecido. Si a todo aplicase la regla de escuchar mucho más a los que la critican, pero la aprecian, en vez de a los que la adulan por intereses inconfesables y muy dudosos, tendríamos futura alcaldesa por muchos años. Tambíén iba muy mona el día que el conseller de Justicia, Carles Mundó, se desplazó a Tarragona para anunciar el nuevo centro penitenciario para presos en régimen abierto. Sí, sí…muy naranja, pero una rosa es siempre rosa. Y Bego lo sabe.
TOMATES
ÒSCAR PERIS (peristáltico). ¿El delegado del gobierno de la Generalitat en Tarragona está para elevar las necesidades y reclamaciones del territorio a los organismos correspondientes o para hacer tragar al territorio lo que le echen desde las alturas? Que se nos quiera hacer engullir que a la ciudad le interesa un centro penitenciario abierto antes que la ciudad judicial es tomarnos por fofitontos intelectuales. ‘¿Hasta cuándo va a durar la broma?” – se preguntaba la desaparecida Sara Montiel.
ALEJANDRO FERNÁNDEZ (alejandrino). Las “alejandrinas” fueron nodrizas eslavas que trabajaron para la realeza egipcia entre finales del siglo XIX y principios de XX. Sus servicios fueron muy valorados por la fastuosa pero decadente aristocracia egipcia. Lo mismo que Ballesteros y su séquito valoran los servicios del otrora innovador político popular. Lástima que Alejandro no haya optado por otro tipo de “alejandrino”, el poético, al estilo de Machado, Neruda o Rubén Darío. Alejandro era un romántico. Ahora es un pragmático. Puede que éste haya sido un cambio necesario, pero seguro es un cambio triste y mucho nos tememos que la teta no dará para tanto.
RUBÉN VIÑUALES (estradista). Ya no es casual sino causal lo de Viñuales con Laia Estrada. Preferiríamos haber dicho estadista en lugar de estradista, pero es que este abogado y político debe ser medio naranja y por eso necesita su otra media naranja política. El manda más de ‘Ciutadans’ a Tarragona, Viñuales – el chulo de discoteca como le tildó el chófer en el Retrovisor – tiene tantas fotos junto a la versátil Estrada que no sabíamos si atizarle un tomatazo o abrirle una lista de boda consistorial. En fin, que sean felices y que coman perdices… siempre que se las paguen ellos, claro.
