26. Abril 2024

Arxius de Regidora de feminismes de Tarragona | Diari La República Checa

REDACCIÓ8 Març, 2021

Este ha sido un año duro para todas las personas, para todas, sin lugar a duda. Hemos tenido que atajar una pandemia en el mundo entero, que puso de relieve la vulnerabilidad y fragilidad del ser humano.

Sin embargo, y a pesar de que la pandemia ha tenido un impacto social, económico y sanitario a todos los niveles y sobre todos los cuerpos, nos ha dejado, nuevamente, la innegable evidencia de que las mujeres, en toda su diversidad, sigue siendo ese “ser” más vulnerabilizado que, a su vez, sostiene lo más importante, la vida con su “estar” y su “hacer”; porque el 8M, lo que nos trae, es ese poner los cuerpos durante todo el año, durante la vida, durante todos los ciclos vitales.

Porque hemos sido las mujeres las que hemos tejido las redes necesarias para sostener la vida históricamente. En una pandemia esto no solo no cambia, sino que se pone de relieve que nuestro trabajo productivo y reproductivo es fundamental, y que la política más que nunca debe poner la vida en el centro. Porque representamos, con los cuidados y los trabajos domésticos, alrededor del 40% del PIB de este país, sosteniendo aquello que es invisible. Y a pesar de ello, las mujeres ganan de media un 23% menos que los hombres.

Las cajeras de supermercado, las del mercado, las trabajadoras y educadoras sociales, las sanitarias, las limpiadoras, las cuidadoras, las “amas de casa”, las barrenderas, las científicas, las maestras y profesoras, entre muchas, muchas otras, todas ellas han sostenido la vida en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia, y durante la historia.

Las profesiones más precarizadas, invisibilizadas e infravaloradas siguen siendo encarnadas por las mujeres. La brecha salarial más elevada por ocupaciones (29,4%) se encuentra en las altamente feminizadas (elementales y servicios de restauración, personales y venta) donde se dan los salarios más bajos.

Entre ellas, todas y todes, diversas, plurales y desiguales también: las racializadas, las diversas funcionales, las migradas, las sin papeles, las trabajadoras sexuales, las mayores, las jóvenes y las adolescentes, las bolleras, las trans, las intersex, todas ellas, las más violentadas por la pandemia.

Las cifras sobre la asistencia a la violencia de género suben, las violencias machistas se hacen cada vez más insoportables en las redes, en los medios y los eventos, en las casas, en la calle. Las mujeres en posiciones de poder sufren el machismo más descarnado y desacomplejado y se evidencia el techo de cristal (las mujeres mejor pagadas cobran una diferencia de 10.000 euros respecto a los hombres mejor pagados). Las invisibles, siguen padeciendo la violencia patriarcal desde el silencio, en la privacidad de las parejas, de las relaciones abusivas. Tenemos garganta suficiente y fuerte para poner y darle voz a todas ellas.

Hoy, en un 8M inusual, donde poner el cuerpo se hace difícil por las medidas sanitarias, nosotras y nosotres ponemos el cuerpo a través de nuestra lucha, de nuestro trabajo, desde abajo, desde los laterales, desde las periferias, desde lo subalterno, desde nuestros cuerpos cocidos por una red de sostén que supone el mayor movimiento por la justicia social, EL FEMINISMO.

No nos olvidaremos de las mujeres trans. Ellas están consiguiendo una visibilidad que históricamente les ha estado negada. Su lucha también es la nuestra, y hemos de estar unidas en contra de la transfobia i la lucha para mejorar sus oportunidades laborales y de Seguridad. El feminismo ha de ser una lucha vinculada al movimiento lgtbi, todo es parte de la misma opresión, el machismo.

Asimismo, los hombres han de ser aliados de la lucha feminista, llegar allá donde no llegamos nosotras, y ser portadores del mensaje de igualdad. ¡No seáis cómplices de las desigualdades!

No existe, probablemente, ningún movimiento social más transversal, global e interseccional que el movimiento feminista, siempre en primera línea del cuidado para que las vidas sean vivibles, transitables, dignas, equitativas, justas, reclamando los derechos que hagan falta, y poniendo encima de la mesa las violencias y las injusticias más incomodas que, como la derecha y la ultraderecha nos ha mostrado, interpelan a todas y cada una de las personas que conformamos la sociedad.

Porque sin incomodar, sin interpelar, sin otorgar derechos, sin presupuestos feministas, sin poner la vida la centro no hay justicia social posible. Por eso, por el pasado que nuestras antecesoras dejaron labrado con lucha y esfuerzo, por un futuro vivible, por todo eso, hoy más que nunca, y cada día, ACCIÓN FEMINISTA.

Carla AGUILAR
Regidora de feminismes de l’Ajuntament de Tarragona