19. Abril 2024

Arxius de josé cuadrado ciutadans | Diari La República Checa

REDACCIÓ28 Juny, 2016

OPINIO JOSE CUADRADOEl tacón se le resistía. La verdad es que era difícil meter el pie de un hombre corpulento en un 42 de mujer, por muy importando de China y extra grande que fuese el zapato, pero nadie le iba a privar esa noche de ser quien él quería. Por suerte, no había sudado mucho y el maquillaje, las pestañas y las uñas postizas estaban en su sitio. El corsé y el vestido rojo de lentejuelas fueron más fáciles de poner. La peluca, como siempre, todo un ritual de delicadeza. Cogió su bolso, su cartera, su paquete de cigarrillos y se despidió de su mujer con un beso en la frente. Sus ‘amigas’, cubiertas por un halo de extravagancia, la estaban esperando en un taxi en el portal.

El 28 de junio el mundo entero rinde homenaje a la primera muestra simbólica de la lucha por los derechos y la igualdad de la comunidad de Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI). Se celebra que, por primera vez, en 1969, el colectivo deja de ser pasivo ante un sistema, una sociedad y una policía que los señalaba, estigmatizaba y perseguía. Los hechos tuvieron lugar en el pub Stonewall, situado en Greenwich Village, Nueva York.

El taxi las dejó bastante lejos de la plaza, no obstante, se podía escuchar el bullicio, la música y el ambiente festivo. Todo estaba a punto de empezar. Sus atuendos, nada discretos, acaparaban todas las miradas. Iban bien ‘montadas’: rejillas, mini faldas, bodys, sujetadores, pulseras y tantos accesorios como un árbol de navidad de 2 metros podía albergar. No se sentían extrañas por ello, tal vez algo pesadas. Su look travesti, como la moda en ocasiones, carecía de sentido. Una simple cuestión de preferencias, gustos y ausencia de prejuicios. No obstante, la decisión de travestirse de forma escandalosa escondía la profunda reivindicación de hacer algo que durante mucho tiempo había estado algo más que mal visto. Por ello, a día de hoy, su brillo debía llegar muy lejos a simple vista.

“Frente al odio y la violencia, nos queremos los unos a los otros”, dijo Barack Obama en relación a las 50 vidas que costó la masacre de Orlando. Y estas palabras, junto con el doloroso recuerdo del fantasma de la homofobia sonaron en el pregón del orgullo de las protagonistas anónimas de los 2 párrafos y del resto del mundo. Evidenciando que este año, más que nunca se deben dejar de lado los prejuicios y sentirse orgullo de ser uno mismo.

Jose CUADRADO
Periodista

 


REDACCIÓ17 Maig, 2016

OPINIO JOSE CUADRADO

 

El Dia Internacional contra l’Homofòbia i la Transfòbia tots tenim paraules boniques cap a un familiar, un amic o un conegut per la seva orientació sexual. El 17 de maig és el dia que hem fixat al calendari per fer-ho perquè tot just avui fa exactament 26 anys que l’Organització Mundial de la Salut (OMS) va considerar que l’homosexualitat havia deixat de ser una malaltia mental i per tant no calia curar-la.

La veritat és que s’ha avançat molt a tot el món i a Espanya concretament en la lluita contra l’homofòbia. Per exemple, l’any 1970 el govern de Carrero Blanco va substituir el text de la Ley de Vagos y Maleantes pel de la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social. És a dir, es van incloure de forma legal i penal a la llista d’elements antisocials als homosexuals, castigant la seva orientació amb internaments psiquiàtrics o fins i tot amb penes de presó de tres mesos a cinc anys.

En aquella època, només una generació enrere, ‘els perillosos’ (homosexuals) no eren jutjats per cometre delictes, sinó per la seva predisposició a cometre’ls. Per això, s’havien d’aïllar, reprimir i rehabilitar. L’única diferència de les persones amb tendència homosexuals respecte a la resta de ‘maleantes‘ -captaires, rufians sense oci coneguts i proxenetes- era que ells no podien reintegrar-se a la societat i beneficiar-se d’indults, amnisties, redempció de penes o llibertat condicional fins a haver-se ‘curat’.

Per sort, avui es pot passejar ‘lliurement’ que no amb completa tranquil·litat. Dic això, perquè l’any 2015 van ser 113 els casos de LGTBI fòbia registats  a Catalunya per L’Observatori Contra l’Homofòbia (OCH). I per desgràcia, com succeeix amb la violència de gènere o el bullying són molts més els casos silenciats

L’Observatori (OCH) treballa en l’eradicació de l’homofòbia i la discriminació en tots els escenaris on es puguin produir. Des de l’aprovació de la Llei 11/2014 al Parlament de Catalunya per garantir els drets de Lesbianes, Gais, Transsexuals, Bisexuals i Intersexuals (LGTBI) reclamen activament la creació d’un reglament específic per poder implementar la Llei i desenvolupar un règim d’infraccions i sancions. Tenir una llei sense un reglament és paper mullat, paraules que se les enduu el vent o com l’Observatori diu ‘el segrest de la mateixa llei’.

Per tot això, i com a membre del col·lectiu LGTBI, vull agrair les paraules de suport de les que parlava al principi, però sobretot vull fer entendre que les paraules boniques no es necessiten només un 17 de maig, es requereixen diàriament i de diferent forma segons el cas. I és més, en lloc de paraules boniques, són més aviat paraules dures les necessàries.

Per exemple, quan un guàrdia de seguretat li trenca la documentació a un home per maquillar-se o portar el cabell d’un color atípic a un aeroport, o quan uns nens en un institut increpen a un altre nen per ser efeminat o quan un espontani assenyala o insulta a una dona per semblar un home. En aquests moments són necessàries les paraules dures perquè en lloc de dir “enhorabona per ser com ets”, de tant en tant s’ha de dir “pobre, miserable i ignorant”. I d’aquesta manera, en lloc de lloar el que està bé per naturalesa, potser serem capaços de tocar consciències i fer entendre que la diversitat és riquesa i que el respecte és normalitat.

Jose CUADRADO
Periodista

 


REDACCIÓ9 Març, 2016
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OPINIOHoy vuelve a ser noticia el acoso escolar por orientación sexual o identidad de género y al parecer lo más interesante no es por qué sino el cómo y a quién. Es decir, cuéntame tus miserias por gustarte más la sandía que el melón.Jose Cuadrado

Me resulta absurdo el debate. Considero que ante cualquier tipo de violencia la respuesta debería ser solo una: el rechazo. Pero como creo también que la denuncia pública es uno de los caminos en la lucha por la igualdad de los derechos humanos, voy a prestarme por primera vez y voluntariamente al juego de ‘las víctimas’.

Mi nombre es Jose Cuadrado, tengo 26 años y no he estado nunca con una mujer. No por falta de oportunidades, por pedante que parezca, simplemente porque el sexo femenino no activa en mí esa zona cerebral relacionada con la excitación sexual. Por este motivo, en mi infancia, adolescencia e incluso a día de hoy soy señalado, juzgado y motivo de burla.

Para cualquier adolescente, descubrir que su orientación no se corresponde con la socialmente impuesta heterosexualidad es muy confuso. Sobre todo, cuando el sujeto no entiende lo que siente, no cuenta con referentes y el resultado final es el estigma. Por ello, en más de una ocasión, miles de jóvenes de mi generación nos hemos repetido las palabras que la diputada Sonia Sierra pronunció al defender la moción contra el acoso escolar y la transfobia, en el Parlament de Cataluña: “¿Cuántas veces me tienen que insultar para que se considere acoso?”.

La orientación no es solo un comportamiento sexual, es también un sentimiento: una identidad. Por ello, es importante hablar sobre ‘el origen’ y destacar que no existe una teoría única y válida. La comunidad científica sigue sin una respuesta, investiga desde diferentes líneas de estudio contrapuestas basadas en factores biológicos, genéticos, psicológicos e incluso sociales. Pero de momento, sabemos que desde 1990 la homosexualidad no es una enfermedad o un problema de salud gracias a la presión de los colectivos a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sabemos también que en España desde 2005 las parejas del mismo sexo pueden contraer matrimonio, unirse legalmente -o como se le quieran llamar- y visibilizar una realidad social. Y sabemos también que desde 2014 Cataluña lidera la lucha por la erradicación de la homofobia y la transfobia.

Así que, volviendo al tema de la identidad y ‘¿por qué sandías y no melones?’, se debe concluir que la explicación puede ser tan simple como entender que a un niño le puedan gustar las patatas fritas pero odie el puré. Podemos intentar buscar una explicación científica, ciertamente resultaría interesante, pero la esencia no es tan complicada. Por lo tanto, ¿es el asunto tan grave como para señalar al niño y llevarlo al médico porque no le gusta el puré?

De acuerdo con la Sociedad Americana de Psiquiatría: “la homosexualidad no implica ni más ni menos infelicidad, enfermedad o trastornos. Es la homofobia la que causa suicidios entre los jóvenes”. Por ello, he escrito este artículo, porque #todossomosalan, #todossomosjose y #todossomospersonas.

José CUADRADO
Periodista