REDACCIÓ10 Febrer, 2023
Se acabó la espera. Hogwarts Legacy ya está aquí, y no ha decepcionado. Es tal y como lo esperábamos, un sueño hecho realidad. Recibir la carta de admisión a la escuela, elegir nuestra casa, ir a clase, hacer amigos, pasarlo bien y vivir aventuras en el mundo mágico. Todo ello desde tu televisión o monitor. Un sueño, sí, que no obstante es imperfecto.
Empecemos por la ambientación, que sin duda es uno de los puntos fuertes de Hogwarts Legacy. Como si pasear por el castillo a escala real no fuera suficiente, los diferentes sucesos que ocurren por los pasillos te hacen sentir como si realmente fueras un alumno. Desde fantasmas gastando bromas, a estudiantes con libros voladores, Hogwarts te cautivará a cada rincón. No podrás evitar pararte sala a sala, alucinando con todos los elementos y detalles que contiene.
Otra de las fortalezas del título es la historia. Más allá de aspectos técnicos como el doblaje, el argumento es sólido y responde a una historia real de lo que ocurrió antes de saber sobre Dumbledore o Harry Potter. Encarnaremos un joven (chico o chica) que descubre su magia en quinto año, pero además poseemos una habilidad única que nos hará ser mucho más poderosos que el resto de brujas y magos. Un poder ansiado por aquellos que buscan hacer el mal.
Para combatir contra estos enemigos, Hogwarts Legacy propone un sistema de combate que a priori puede parecer repetitivo, aunque requiere bastantes reflejos y combinaciones de hechizos. Es muy reconfortante hacer saltar por los aires a los rivales, sostenerlos en el aire, o quemarles. Las posibilidades son muchas, más aún cuando podemos elegir si usar las maldiciones imperdonables. Un toque magnífico que no influirá en el final del juego.
Pero este ‘sueño’ también tiene carencias. Como la mayoría de títulos de mundo abierto, nos convertiremos en los recaderos de toda la escuela, con misiones secundarias a menudo repetitivas y con poca acción. Casi no importa cuando estamos constantemente admirando los detalles del castillo o la majestuosidad de los paisajes.
Otro defecto son las clases. Las cinemáticas y los perfiles de los profesores son interesantes, pero los aprendizajes son simples y fáciles. Queríamos ser alumnos de Hogwarts, sí, pero no aprender hechizos de una forma tan aburrida como seguir una línea con el joystick. La personalización de la ropa de nuestro personaje es variada y sin duda positiva, pero los espacios de almacenaje son ridículamente pequeños. Esto nos obligará a estar deshaciéndonos constantemente de los conjuntos que ya no usemos.
En definitiva, Hogwarts Legacy es un sueño hecho realidad para todos los fans de Harry Potter. Si no es tu caso, juégalo igualmente porque merece la pena. No obstante, conviene no idealizarlo, ya que tiene errores evidentes que por momentos estropearan nuestra experiencia. Así que aprende, explora y cruza varitas en el basto mundo mágico. Deja tu legado en el universo de una de las sagas más famosas de la historia del entretenimiento.
Alex Riba
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