19. Abril 2024

Arxius de Estados Unidos | Diari La República Checa

REDACCIÓ28 Març, 2022

 

¿Se imagina un mundo dominado por Sudamérica y Asia? Esto es lo que podría pasar a raíz de una posible tercera guerra mundial. Una en la que Europa y Norteamérica se han destruido mutuamente, dejando tras de sí un planeta Tierra postapocalíptico en manos del resto de continentes. En este supuesto, África podría mejorar considerablemente su estado, si bien las otras dos macro regiones se harían con la economía mundial. 

Es difícil prever cómo podría desarrollarse una tercera guerra mundial. Tenemos pocos precedentes de batallas modernas a gran escala y con armamento nuclear. Precisamente este último elemento, el componente nuclear, sería la clave de la contienda. El uso de estas armas a gran escala desencadenaría lo mencionado anteriormente. En menos magnitud, se usaría para objetivos específicos como ciudades o bases militares. 

Algo que parece evidente es que Europa sería el escenario de una guerra a dos bandas. A un lado Rusia y algunas de las antiguas repúblicas soviéticas; al otro costado, Estados Unidos y la OTAN, el pacto militar más grande del globo. En esta ecuación falta la participación de China, que seguramente esperaría lo máximo posible antes de darle la mano a Putin. Quién sabe si realmente entraría en la contienda, consciente de que si no lo hace, la economía mundial será prácticamente suya. 

A causa del crecimiento poblacional en el viejo continente, las batallas se librarían principalmente en entornos urbanos. Esto provocaría una lenta conquista por parte de Rusia, que primero se lanzaría a por la Europa del este. La invasión de Ucrania no es un buen ejemplo, ya que es un país con mucha extensión rural. En un tiempo imposible de determinar, Putin podría firmar un tratado de paz a cambio de mantener sus antiguos territorios en el este. De continuar la guerra, probablemente la perdería por la cantidad de efectivos y armamento con el que cuenta la OTAN. Una contienda larga sería el fin para Rusia, como ya le pasó a la Alemania nazi. 

Sin embargo, las consecuencias para ambos bandos serían catastróficas. De hecho, la economía mundial estaría igualmente protagonizada por los países no beligerantes. Esto ya ocurrió después de la primera guerra mundial, cuando una Europa en ruinas alzó la economía de los Estados Unidos, quienes casi no participaron en el conflicto. 

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REDACCIÓ3 Maig, 2021
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La Administración del president Joe Biden no plantea revertir la posición tomada por su antecessor Donald Trump sobre el Sahara Occidental.  El diciembre pasado, poco después de su derrota en las elecciones presidenciales de diciembre y a un mes de abandonar la Casa Blanca, Trump anunció que EE.UU. reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental.

Joe Biden y el rey alouíta

El acuerdo se enmarcaba dentro de los progresos diplomáticos en Oriente Medio de la Administración Trump para el reconocimiento de Israel por parte de países de la región: Marruecos restablecía relaciones diplomáticas con Israel y, a cambio, EE.UU. reconocía al Sahara Occidental como territorio soberano marroquí.

La decisión cambiaba de un día para otro la política mantenida durante décadas por EE.UU. sobre la antigua colonia española, un territorio disputado por Marruecos y el Frente Polisario, que persigue su independencia. La ONU ha determinado en resoluciones de su Consejo de Seguridad que el futuro del Sahara Occidental se decida en un referéndum, pero Marruecos se niega a celebrar cualquier votación que incluya una opción para la independencia del territorio.

El secretario de Estado americano y el ministro de Exteriores de Marruecos en un contacto teleónico han reconicido los «pasos» dados por Marruecos para «mejorar la relación con Israel» y que la relación Marruecos-Israel «traerá beneficios a largo plazo para ambos países

Tras la llegada de la Administración Biden, una de las cuestiones era ver qué posición tomaba al respecto. La decisión ha sido mantener la postura de su antecesor, según ha podido saber Axios. Así se concretó en una llamada telefónica celebrada el pasado viernes entre el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita. En el contenido de la conversación compartido por la Casa Blanca no hay ninguna mención al Sahara Occidental. Solo se reconocen los «pasos» dados por Marruecos para «mejorar la relación con Israel» y que la relación Marruecos-Israel «traerá beneficios a largo plazo para ambos países».

Dos fuentes del Departamento de Estado, sin embargo, aseguraron a Axiso que sí se habló de la antigua colonia española y que Blinken dijo que la Administración Biden no revertirá la decisión de la Administración Trump, al menos por el momento. Diez días antes, el enviado de Biden para Oriente Medio, Brett McGurk, habló con Bourita y compartió la idea de que no habría cambios.

Nuevo enviado especial de la ONU

Sáhara

La idea que mantiene el equipo de Biden es que se retomen las conversaciones con Marruecos para nombrar a un nuevo enviado especial de la ONU al Sahara Occidental, que está vacante desde 2019, y para la celebración de elecciones que concedan autonomía al territorio.

No hay indicaciones de que España haya tenido ningún papel en las conversaciones sobre un territorio que estuvo bajo su soberanía hasta hace tres décadas. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González-Laya, ha evitado pronunciarse sobre la necesidad de que EE.UU. revierta la posición tomada por Trump y se ha limitado a decir que hay que impulsar conversaciones desde la ONU. Los contactos diplomáticos entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el de Biden han sido, además, de muy baja intensidad. González-Laya sí ha hablado por teléfono con Blinken -no trascendió que tocaran el tema del Sahara Occidental- y Biden sigue sin hablar con Sánchez. El presidente de EE.UU. ha conversado con cerca de cuarenta líderes de todo el mundo, pero Sánchez no ha conseguido meterse en su agenda. Alguna cosa no estará haciendo bien el gobierno español…

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REDACCIÓ11 Abril, 2021

Estados Unidos ha publicado un informe sobre la situación de los Derechos Humanos a nivel mundial, en el que alerta sobre los “múltiples” ataques verbales del Gobierno de España “a determinados medios de comunicación y periodistas específicos”.

El informe, publicado por el Departamento de Estado estadounidense, detalla algunos de estos ataques, como el del 1 de marzo de 2020, cuando el presidente, Pedro Sánchez, acusó a los medios “conservadores” de “agitar a la sociedad” cada vez que “los conservadores pierden una elección”.

También en el mes de marzo, detalla el escrito, Iglesias “amenazó con enviar a prisión a un periodista por publicar información comprometedora sobre su partido, especialmente sobre su financiación”, unas declaraciones que fueron inmediatamente condenadas por la Asociación de Prensa de Madrid.

Otro de los comentarios a los que hace referencia el escrito son los del portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, que a través de un tuit “atacaba la profesionalidad de un presentador de televisión”.

Frente a estas declaraciones por parte de miembros del Gobierno, Estados Unidos recuerda que la Federación de Asociaciones de Periodistas de España condenaron a Iglesias y Echenique por intentar “coaccionar e intimidar” a los periodistas para prevenir que ejerzan libremente su profesión.

No fue la única en condenarlas, también Reporteros Sin Fronteras pidió a la dirección de Podemos y a todos los partidos políticos que respeten la libertad de prensa.

Pero no solo se han vertido ataques contra la prensa por parte del Gobierno, Estados Unidos alerta de los “repetidos ataques contra los medios de comunicación por parte del partido Vox”.

En concreto, el informe recoge las denuncias de Reporteros Sin Fronteras que acusan a Vox de “provocar ataques verbales y físicos a los reporteros durante las protestas en todo el país de mayo contra las políticas gubernamentales COVID-19”.

Para ejemplificar estos ataques, explican como “varias personas agredieron a un fotógrafo que cubría una protesta en Madrid, arrojaron su cámara al suelo y rasgaron su camisa”.

Además de durante las protestas, la organización también ha expresado su preocupación por “el acoso en línea de Vox a periodistas críticos y verificadores de hechos”, mientras que ha condenado al partido por “prohibir a algunos medios de comunicación asistir a sus conferencias de prensa y eventos electorales”, recoge el informe.

El informe también hace referencia a Cataluña, recogiendo la advertencia de la Federación Internacional de Periodistas sobre “el aumento de los casos de violencia contra el ejercicio del periodismo en Cataluña”, que se ha convertido en “territorio peligroso” para los periodistas.

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REDACCIÓ7 Novembre, 2020
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El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, afirmó este viernes mientras avanza la cuarta noche de escrutinio en Estados Unidos que tendrá una “victoria clara y contundente”, y anunció que ya se ha puesto a trabajar para el país.

“Aunque esperamos los resultados finales, no estamos esperando para empezar a trabajar”, agregó Biden en un breve discurso desde Wilington (Delaware), en el que dijo haber recibido “un mandato para actuar”.

El demócrata repasó los datos actualizados del escrutinio que le son muy favorables y sostuvo que ganará los comicios porque “los números son claros”.

“Vamos a ganar estas elecciones con una clara mayoría de la nación”, dijo Biden flanqueado por su candidata a la Vicepresidencia, la senadora Kamala Harris.

Ambos recibieron este jueves un informe sobre la situación de la pandemia de covid-19 en Estados Unidos, preparándose ya para afrontar el problema cuando tomen el poder el 20 de enero si se confirma su victoria en las urnas.

En un tono totalmente opuesto al del presidente, Donald Trump, que lleva días denunciando sin pruebas un presunto fraude en los comicios, Biden afirmó que el “propósito de la política” no debe ser una “guerra implacable” que busque inflamar el conflicto para resolver los problemas.

“Su voto se contará. No me importa lo mucho que la gente intente detenerlo. No dejaré que suceda. Se escuchará a la gente”, prometió Biden ante los intentos legales de la campaña de Trump de obstruir el escrutinio e invalidar sufragios.

“De una cosa estoy seguro -añadió-: un gran número de los 150 millones que votaron quieren sacar la virulencia de nuestra política. Ciertamente no vamos a estar de acuerdo en muchos temas, pero al menos podemos estar de acuerdo en ser corteses unos con otros, en dejar atrás la ira y la demonización”.

Biden también hizo un llamamiento a la unidad y dijo que hay que “recordar quienes somos”.

La campaña demócrata había convocado desde horas de la mañana este acto, en el que también tenía que hablar Harris, con la esperanza de que Biden hiciese su primer discurso como presidente electo.

Sin embargo, el escrutinio en los estados clave de Pensilvania, Georgia, Arizona o Nevada, aunque parece serle favorable, va más lento de lo esperado y está muy ajustado, por lo que no se sabe cuándo se conocerá al ganador de los comicios.

El presidente va por delante en Carolina del Norte (15 delegados), con el 50 % de los votos frente al 48,6 % de Biden, cuando se ha computado el 97 %; y en Alaska (3 compromisarios) con el 62,9 % frente al 33 % del demócrata, y el 46 % de los sufragios contados.

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