23. Abril 2024

Arxius de divorcio | Diari La República Checa

REDACCIÓ14 Febrer, 2022

(Psicocode)

Hoy es San Valentín, el santo de los enamorados. Sin embargo y para que sirva como alerta, en España hay más de 70.000 divorcios al año. Concretamente, en 2020 hubo 77.200, 62.750 de los cuales se resolvieron mediante negociación. Así lo recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE). El tipo de divorcio más común es el express, el más rápido y sencillo. Y es que la cultura española siempre ha sido muy de “si te he visto no me acuerdo”, o “aquí paz y después gloria”. 

Por otro lado, 14.450 matrimonios tuvieron que acudir a la justicia para decidir las condiciones de su separación. Respecto al tiempo, aproximadamente la mitad de los divorciados express tardaron menos de 3 meses en conseguirlo. Por otro lado, los que acudieron a la vía judicial tardaron entre 6 y 11 meses.

PUBLICITAT



 


REDACCIÓ18 Febrer, 2021

Cuanto menos polémico y muchas veces puesto en duda, el concepto de que las hijas mujeres de un matrimonio están muy relacionadas con las causales de divorcio en una pareja vuelve a actualizarse con la presentación de un nuevo estudio en Estados Unidos.

Desde la década de los 80, en ese país, varias investigaciones se han volcado hacia esa hipótesis: si el primogénito en una relación es una niña aumenta la probabilidad de que los padres se separen.

En ese momento, los investigadores involucrados especularon que se trataba de una expresión de “preferencia por el hijo”, un fenómeno que, en su forma más extrema, se manifiesta como el aborto selectivo o infanticidio de la descendencia femenina.

Sin embargo, un trabajo publicado en el Economic Journal desacredita esa idea en particular. En Daughters and Divorce (Hijas y Divorcio), Jan Kabatek de la Universidad de Melbourne y David Ribar de la Universidad Estatal de Georgia, en Atlanta, confirman que tener una primogénita de hecho aumenta el riesgo de que los padres de ese niño se divorcien, tanto en Estados Unidos como en los Países Bajos. Pero a diferencia de trabajos anteriores, su estudio también analizó el efecto de la edad de la niña.

Según los datos develados por el estudio, el riesgo de “divorcio de la hija” surge solo en la adolescencia de una niña primogénita.

Antes de cumplir los 12 años, las hijas no están más vinculadas a las parejas que se separan que los hijos.

“Si los padres fueran realmente más propensos a despegar porque preferían a los hijos varones, seguramente no esperarían 13 años para hacerlo”, razona el doctor Kabatek. En cambio, argumenta, el hecho de que el riesgo sea tan específico de la edad requiere una explicación diferente.

Tomado a lo largo de los años, el efecto hija, aunque real, es pequeño. En los Países Bajos, para cuando su primogénito tenga 18 años, el 20,12% de las parejas se habrán divorciado si ese hijo es un hijo, en comparación con el 20,48% si es una hija, un aumento de probabilidad del 1,8%.

Pero en los cinco años en que el primogénito tiene entre 13 y 18 años, ese aumento llega al 5%. Y alcanza su punto máximo, al 9%, cuando el niño tiene 15 años. En Estados Unidos, para los cuales los datos recopilados por los investigadores fueron más escasos que los de los Países Bajos, las cifras son aproximadamente el doble.

Las encuestas confirman que las hijas adolescentes y los padres, en particular, se ponen nerviosos unos a otros. También muestran que los padres de hijas adolescentes discuten más sobre la crianza de los hijos que los padres de hijos varones, y que las madres de hijas adolescentes reportan significativamente más desacuerdos con sus parejas sobre el dinero y se vuelven más abiertas a la idea del divorcio.

Investigaciones anteriores también han demostrado que una de las cosas más comunes por las que los padres se pelean es sobre cuánto deben controlar las elecciones personales de sus adolescentes, como cómo se visten, con quién salen y dónde trabajan.

El doctor Kabatek y el doctor Ribar encontraron un tipo de pareja que parece inmune al efecto hija: aquellas en las que el padre creció con una hermana. Haber visto las cosas desde el punto de vista de una hermana puede actuar como una especie de “vacuna social”.

El año pasado, un artículo publicado por Bloomberg advirtió que la pandemia por coronavirus, además de las consecuencias humanitarias y económicas, podría llevar a una alta tasa de divorcios.

Algo similar a lo que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando en Estados Unidos se registró el mayor pico de separaciones. En ese entonces, cuando los soldados regresaban a sus casas, “eran recibidos por sus esposas que se habían acostumbrado a dirigir los hogares”.

En estos tiempo de coronavirus, en cambio, muchas parejas se han reencontrado, pero de una manera forzada. Muchos nunca antes habían compartido tanto tiempo juntos, ya sea por horarios de trabajos, actividades, viajes, etc. Ahora, la situación es diferente.

El confinamiento los llevó a estar prácticamente las 24 horas juntos, aislados de otras personas, y por tiempo indeterminado.

PUBLICITAT