29. Març 2024

Arxius de Corrupción | Diari La República Checa

REDACCIÓ9 Desembre, 2020
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Cuánto tiempo, ¿verdad? Hacía días que no nos leíamos. Tengo que confesar que echaba de menos ponerme enfrente del teclado y escribirles, hoy en especial en el día contra la corrupción, viendo como en este tiempo marcado por el maldito coronavirus, hay cosas que no cambian. Se habrán dado cuenta de que cada día que abren el periódico, encienden la tele o sintonizan la radio, les cuentan un nuevo caso de corrupción. Y, desgraciadamente, parece que tendemos a tratarlo como normal, incluso parte de la opinión pública lo justifica. ¿A qué se han dado cuenta?

Antes de meterme en terreno pantanoso, mientras escribo estas líneas con el canal 3/24 en bucle, me acuerdo del bueno de Carlos Goñi. Sí, el vocalista de Revólver. Para los que no sean tan fans del rock español, Goñi es una de las grandes voces del género rockero patrio-también uno de los más desconocidos- y entre uno de los temas que suenan en mi playlist de Spotify, Odio. En la letra de esta canción, el artista madrileño se queda a gusto diciendo todo aquello que odia o le provoca aversión.

Pues bien, después de esta confesión musical personal, les voy a decir algo: Odio y me provoca mucha rabia ver cómo cada día sale el político de turno a la palestra, se pone delante de la cámara o el micrófono y nos cuenta la enésima ‘milonga’ para proteger a uno de los suyos e intentar desviarnos del enésimo caso de corrupción de su grupo.

Porque, por desgracia y tal como decía antes, los partidos políticos de este país – también incluyo en este grupo a grandes empresarios y personalidades – por mucho que se les llene la boca a sus dirigentes y representantes – no se escapa ni uno –, todos están implicados en algún caso o tienen cuentas pendientes con la justicia. Da igual que sean de izquierda, de centro o derecha. Todos tienen algún colega, amiguete, familiar que ‘enchufar’ en algún puesto o cargo, incluso acceso prioritario a algún puesto de confianza. Porque, no solo es corrupción echarle mano a la caja, que quieren que les diga.

Y con esto, ¿a dónde quiero llegar? Muy sencillo. Basta ya de justificar o banalizar la corrupción. No podemos quedarnos indiferentes cada vez que nos cuenten un nuevo caso de corrupción. Hay que empezar a exigir y reclamar a nuestros representantes electos, tanto a los que gobiernan, como los que ejercen como oposición; que hagan su trabajo. Francamente, ¿no les parece una vergüenza que se quieran subir los sueldos en plena pandemia? ¿Dónde están esas ayudas que nos prometieron? ¿No iba a quedarse nadie atrás? Tengo la sensación que aquí hay alguien que no está haciendo su trabajo. Y no, no somos los ciudadanos.

Solo hace falta salir a la calle para darnos cuenta de que la cosa está cogiendo un tono muy complicado. Si no somos capaces de dar un paso adelante y empezar a exigirles responsabilidades a aquellos que nos gobiernan y a los que hacen de oposición, estamos normalizando la corrupción. Exijan y critiquen a los políticos, pues forma parte de su trabajo. Solamente así, conseguiremos acabar con la lacra que lastra el país.

Borja VIZCARRO
Periodista


REDACCIÓ9 Desembre, 2020
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En estos tiempos de zozobra institucional, en los que la confianza de los ciudadanos en los poderes públicos se resquebraja, a lo lejos, está levantada una persiana… y se ve luz. Esa luz que vela, con grandes dificultades, eso sí, por los derechos de los ciudadanos, es la de la ventana de la justicia. Es una suerte de constante, que se repite siempre, y que actúa como la última red a la que acudir cuando ya no queda nada más.

Este país ha vivido los últimos años enfangado hasta la cintura en el barro de una corrupción sistémica y brutal. Mientras algunos se lo llevaban “a manos juntas”, otros han seguido en aquella ventana día tras día. Esos “otros” son los jueces. Y es que en este tiempo no ha habido escándalos de jueces corruptos y, ya se lo digo yo, si los hubiese, lo sabríamos. En un tiempo en el que hasta la hija de un Rey se sentó en el banquillo de los acusados, si hubiese habido jueces corruptos, lo sabríamos.  Los jueces no son superhéroes, sólo son personas normales que, desde aquella ventana, resuelven los problemas de la gente (o, al menos, lo intentan con todas las fuerzas que sus exhaustos medios les permiten).

Los ciudadanos deben estar tranquilos porque su sistema de justicia, a pesar de todo, funciona: cada día se celebran miles de Juicios en los que las partes acaban satisfechas. Hace tiempo salió una encuesta que trataba de medir el grado de satisfacción de los ciudadanos con la Administración de Justicia y las notas más altas las daban aquellos que alguna vez habían tenido que acudir a los Juzgados. Sin embargo, las más bajas las daban los que nunca habían pisado un Juzgado.

Parece que el prejuicio de que “la Justicia no es justa” está instalado en el imaginario colectivo (el resultado de la encuesta hablaba por sí sólo). Sin embargo, los  ciudadanos acuden a la Justicia cuando ya no les queda ninguna otra ventanilla porque, en el fondo, saben que se puede confiar en los jueces. Y es que, mientras siga habiendo luz en la ventana, habrá menos sitio para las injusticias.

Diego ÁLVAREZ DE JUAN
Juez del Juzgado de Instrucción Número 3 de Reus
#DíaInternacionalcontralaCorrupción

 


REDACCIÓ9 Desembre, 2020
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Desde el año 2003 se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la Corrupción, una efeméride creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de frenar y eliminar en todos los países miembros los actos de corrupción por parte de aquellos hombres y mujeres que se aprovechan de un cargo de poder para enriquecerse a cargo de los demás.

Según datos de la misma ONU, cada año se pagan aproximadamente un billón de dólares en sobornos, eso sin contar que se calcula que durante el mismo periodo se suelen robar 2,6 billones de dólares mediante la corrupción, esto implica un total del 5% del producto interior bruto (PIB) mundial.

Esta cifra es sobre todo perjudicial en los países en desarrollo, donde el dinero que se pierdes es diez veces mayor al dinero que se dedica para asegurar una calidad de vida acorde a los ciudadanos.

¿Qué es el índice de percepción de la corrupción (IPC)?
El índice de percepción de la corrupción (IPC), es una valoración que realiza un grupo de expertos a través de encuestas a la población, para saber la percepción que tiene la gente con respecto a los niveles de corrupción de sus gobernantes o el sector público en general.

La escala de evaluación va desde 0 que indicaría un alto nivel de corrupción a 100 que representa muy bajos niveles de corrupción.

En el 2018 los países cuyo índice era mayor fueron Dinamarca y Nueva Zelanda con una calificación de 88 y 87 respectivamente, lo que los cataloga como los países más limpios del mundo en cuanto a actos corruptos.

En la cara opuesta se encuentran Afganistán, Corea del Norte y Somalia, los tres con una calificación de 8 que los transforma en los países más corruptos del mundo.

Principales consecuencias de la corrupción

  • Impunidad
  • Altos niveles de criminalidad
  • Bajo niveles educativos
  • Poca inversión extranjera
  • Pocos puestos de trabajo debido a la excesiva burocracia a la hora de montar un negocio o una empresa
  • Poca seguridad jurídica
  • Mayor corrupción
  • Perpetúa el modelo de subdesarrollo

¿Cómo celebrar el Día Internacional contra la corrupción?
Una de las mejores formas de celebrar este día es transformándonos en portavoces del cambio. La corrupción es algo que se puede afianzar en la cultura de una sociedad, pero también puede ser erradicada.

El mejor mecanismo es penalizar de forma severa este tipo de actos, garantizar la independencia de los poderes jurídicos y establecer pautas morales como la honradez dentro de la educación de los ciudadanos.

Así que este 9 de diciembre estais invitad@a a compartir este tipo de reflexiones con vuestras familiares, amig@s y colegas, pero sobre todo con el mundo por medio del hashtag #DíaInternacionalcontralaCorrupción.

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