Cómo está cambiando la vida… Cierta es esa frase de que valoramos más las cosas cuando las perdemos y que con poco ya nos conformamos.
Ya casi ni recuerdo como era mi vida antes de la pandemia. Como era respirar aire puro cuando paseaba por las calles de mi ciudad, ver crecer a mis primos pequeños y visitar diariamente a mis abuelos. Abrazar y besar con vigor a mis seres queridos, sentirlos cerca y decirles cara a cara lo mucho que les quiero.
Aquella cafetería en la que solía pasar horas riendo con mis amigos acaba de bajar la persiana (para siempre). Siento aflicción. Mi familia tiene problemas para llegar a fin de mes, pues no hay trabajo, se ha parado el sistema económico. Siento incertidumbre.
No conozco a mis nuevos compañeros de clase, solo su mirada. No salgo ni me divierto. Mi día comienza a las 6:00 y termina a las 22:00, hay toque de queda.
No puedo enamorarme, no puedo acercarme a ti… Nadie ve mi sonrisa. Llevo mascarilla, obligatoria, por cierto.
Se acerca la Navidad. Hay que elegir a tan solo diez de tus seres queridos. Pero a Fin de Año nos tomaremos las uvas a las 7:00, cenaremos a las 8:00 y bailaremos y beberemos hasta las 22:00, para despedir este año desastroso.
Pediremos volver a reunirnos con los nuestros, ser libres, conocer a los recién llegados y despedir a los que se fueron como se merecen.
Sandra GONZÁLEZ
Escribe cada 15 días