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Tomando la redundancia onomástica de que el ganador de las elecciones ha sido, sin duda, un tal SALVADOR de nombre e ILLA de apellido, ningún título podía encajar mejor para definir el panorama político que se abre a partir de la noche electoral dominical.
El propio Salvador Illa, junto con Pere Aragonès, Laura Borrás y Jéssica Albiach, o séase, Mujeres y Hombres y Viceversa, tentarán y serán tentados en la Isla de las Tentaciones de los pactos post electorales… ¡Qué morbosas y maliciosas son las urnas cuando se las deja escribir el guion de una jornada electoral!
Aragonès y Borrás tienen todos los boletos para vivir la primera de las “hogueras”. Han entrado como pareja gubernamental en las elecciones, pero ella derrocha fuego como para achicharrar a cualquiera y él tiene pinta de haber salido del seminario. ¿Será Borrás nuestra Estefanía? ¿Tendremos a Puigdemont acudiendo al debate de las tentaciones para defender a Borrás ante la posible infidelidad de Aragonès? ¡Se enfrentará abiertamente Puigdemont al portavoz friendly de Aragonès, que no sería otro que Junqueras? ¿Vemos a Aragonès en la isla o es más de Saber y Ganar?
Illa será el gran tentador y también entra en la Isla de las Tentaciones con su medio pareja de convivencia -o connivencia monclovita-, Jéssica Albiach. Como ganador moral y estadístico de las elecciones, Illa debería ser el más deseado, pero todos los candidatos y candidatas “indepes” firmaron una conjura para no pactar con él… por si acaso se daba el resultado que caprichosamente se ha acabado produciendo. No obstante, dicha conjura no fue convocada con magia negra, si no con magia blanca, por lo que tres padres nuestros, una avemaría, una peregrinación a Montserrat y una severa flagelación con un cilicio estelado pueden deshacer el conjuro y permitir que las parejas vivan felices y coman perdices.
Claro está que la cosa se puede complicar más. Fiestukis en la piscina de los cargos a repartir, flirteos a la luz de las estrellas del poder, bailecitos “agarraítos” al son de las ambiciones personales, pueden abrir geometrías variables en las que, si no el amor verdadero, sí el sexo pactero, establezcan relaciones tripartitas difíciles de armonizar, aunque como reza una sabia aseveración popular, el matrimonio de dos personas es una carga tan pesada que a veces son necesarias tres para llevarlo.
Si Borrás y Aragonès salen de la isla como entraron, esa relación será tan fraudulenta y postiza como la de Estefanía y Christofer. En cambio, un multi emparejamiento entre Illa, Aragonès y Albiach sería como una relación poliamorosa y abierta, donde cada uno de sus integrantes podría tener sus aventurillas, siempre y cuando no rompiesen los mínimos comunes de convivencia y lealtad.
Esa es la opción que generaría más aquiescencia en el electorado y la que daría más juego, sobre todo, más que ninguna otra cosa, porque disfrutaríamos a una Laura Borrás despechada y desatada, mostrando su poderío emocional, oral y gestual en todos los platós; sería un espectáculo que rompería audiencias y la encumbraría como reina indiscutible del share político-mediático, donde TV3 hallaría un filón inagotable para sus programas de referencia tipo FAQS. Pilar Rahola nos parecería una decadente y demodé tertuliana ante una amazona como Borrás, nuestra Gina Carano catalana, arreando manteca a diestro y siniestro.
¿Y nuestros candidatos y candidatas de Tarragona? Pues en la platea para aplaudir o abuchear cuando así lo indique el regidor del programa, que para eso cobran, y poca cosa más.
JAMES FONT
(El que va y viene cuando se le pide)
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