REDACCIÓ
En la incansable creuada consistorial contra el coronavirus, el gobierno de Pau Ricomà está preparando una serie de medidas anti-Covid19 que tiene previsto implantar a partir del 1 de noviembre. Entre las medidas a adoptar encontramos una que llama especialmente la atención: prohibir besarse amorosamente en la calle o en espacios públicos.
Es conocido por toda la ciudadanía que los saludos con contacto físico deben evitarse y para ello se han ido inculcando a la población una serie de gestos protocolarios que suplen al tradicional saludo del tipo apretón de manos o abrazo. También se han visto afectados por la lucha contra la pandemia los populares y amistosos besos en la mejilla, que han sido sustituidos por gesticulaciones algo torpes la mayoría de las veces.
Sin embargo, resulta evidente que nada puede sustituir al beso amoroso o con pretensiones sexuales. No hace falta explorar demasiado por la vía pública para encontrar numerosos ejemplos de parejas que se besan en la boca en plena calle o en espacios públicos y que para ello retiran o apartan su correspondiente mascarilla.
Este último caso, el del beso amoroso, es el que se verá afectado por el nuevo edicto municipal anti-Covid19, que prohibirá, bajo apercibimiento de multa, la acción de besarse en la boca en el espacio público.
La medida cuenta con la simpatía del alcalde Ricomà, que nunca ha sido muy besucón.
Les contamos las cosas de Tarragona que no son verdad… pero podrían serlo.
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