25. Abril 2024

Arxius de Conde Cràpula | Diari La República Checa

REDACCIÓ28 Novembre, 2018

El alcalde Ballesteros ha ido mutando su avatar con el paso de los años. Inicialmente fue un alcaldable-misionero, entre 2003 y 2007, cuando ocupó la silla de jefe de la oposición; en aquellos años estaba convencido de que había sido llamado a una misión por su ciudad y se comportó con devoción hacia sus electores.

Desde que alcanzó la alcaldía en 2007 ha sido, principalmente, un alcalde-profeta, convencido de que su sola presencia en la alcaldía producía un efecto magnético con la realidad e hipnótico con los ciudadanos, que le seguirían allá donde les dijese, como, por ejemplo, a unos desastrosos Juegos Mediterráneos anti-Tarragona.

Finalmente, la etapa actual, la de alcalde-borbón, calidad que le hace llevar muy mal la tediosa cotidianeidad municipal y las permanentes problemáticas que incomodan su vida como monarca de la ciudad, incluidas las inducidas por jueces, fiscales y cuerpos de seguridad.

L’alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros

Al Ballesteros de hoy ya no le gusta gobernar la ciudad, lo que él quiere es reinar sobre todo. Y ya se sabe que los monarcas, cualquier cosa que no sea sucesión consanguínea, lo llevan muy mal. Fatal. Sus reacciones ante asuntos verdaderamente alarmantes han sido, habitualmente, como las que tendría cualquier monarca decadente: salvar las joyas de la corona. Díganme, si lo que se cuenta es cierto, cómo puede entenderse que el día que la Guardia Civil entró en las dependencias municipales del IMSS, el primer impulso del alcalde fuese deshacerse de su colección personal de objetos valuosos: sus joias de la corona. Nosatros no hacemos caso a los chismes, però es lo que ‘van diciendo por ahí.

Carlos Castillo, Javier Tarrés, Begoña Floria, Javier Villamayor…, todos ellos han estado, en un momento u otro, ungidos con el aceite de la sucesión a Ballesteros, ante la posibilidad de que el alcalde declinase o se reinventase políticamente.

Todos los nombrados han ido sucumbiendo a la longevidad institucional de Ballesteros y, después de las próximas elecciones municipales, ante la probabilidad de que se haga necesario nombrar sucesor o sucesora, Ballesteros mueve cansinamente una mano, apoyada en el reposabrazos de su trono, para indicar que no hay ni sucesor ni sucesora que valga, pues solamente él puede sucederse a sí mismo.

Esperemos que el espíritu republicano gane el favor de los electores y, urnas mediante, la ciudad viva una nueva etapa, empezando por derrocar capellas y capelladas. Y bien digo “derrocar”.

Crapulines y crapulinas, no se me despisten.

Un saludo

Conde Crápula

 


REDACCIÓ14 Novembre, 2018

Recientemente, el máximo mandatario socialista, Miquel Iceta, en una insólita declaración a los periodistas, desvelaba que el PSC ya había juzgado a Ballesteros, habiéndole absuelto del caso Inipro ¡Vaya pirueta!

Parece que el calendario del proceso judicial del caso será favorable a los intereses electorales del alcalde, ya que la fase que podría ser más comprometida para Ballesteros no se produciría, previsiblemente, hasta transcurridas las elecciones municipales de mayo de 2019.

Ese calendario judicial relajado hace que la afirmación de Miquel Iceta pase de ser una temeridad, a una frivolidad, dado que lo que ocurra más allá de las elecciones de mayo del 19 será un “pelillos a la mar”. No obstante, resulta sospechosa la declarada fe del PSC en la inocencia del alcalde, a no ser que llegue a verificarse el rumor que circula en el seno del partido del puño y la rosa, y que daría algún sentido a ese sospechoso “poner la mano en el fuego” de Iceta por Ballesteros.

Después de formalizarse el pacto de gobernabilidad municipal y con anterioridad a la apertura del juicio por el caso Inipro, Ballesteros abandonaría la alcaldía, dando el relevo de forma ordenada.

Dicho rumor apunta a un pacto secreto entre Ballesteros e Iceta, por el que ambos habrían establecido un doble compromiso: por parte de Ballesteros, encabezar la lista del PSC a la alcaldía de Tarragona, dejando abiertas las opciones de pacto de gobierno, léase Cs+PP o ERC+JxC, dependiendo del momento político en Cataluña y España y los intereses estratégicos de Iceta. Pero, después de formalizarse el pacto de gobernabilidad municipal y con anterioridad a la apertura del juicio por el caso Inipro, Ballesteros abandonaría la alcaldía, dando el relevo de forma ordenada. Por parte de Iceta, este recolocaría a Ballesteros en un cargo ‘ad hoc’ hasta su jubilación.

Ocurra lo que ocurra en el proceso del caso Inipro, este supuesto pacto permitiría reducir al mínimo los costes políticos tanto del alcalde como del PSC. ¿Ballesteros también pactó con Iceta el nombre de la persona para su relevo en la alcaldía? De eso les hablaré en una próxima entrega de mi Diario.

 

El Conde CRÁPULA