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Estos días celebramos la mayoría de edad de la declaración de Patrimonio de la Humanidad para los monumentos que forman el conjunto histórico de la ciudad de Tarraco. Una mayoría de edad que sin embargo no ha alcanzado ni por asomo la gestión de dicho patrimonio. Sabido es que hay diversas administraciones públicas y entidades que tienen atribuciones en la gestión, y que uno de los handicaps es la falta de un ente único y una unicidad de criterio. La cosa se agrava más si además falta un criterio de actuación o una cabeza visible dentro del principal administrador de los bienes patrimonio de la Humanidad: el Ajuntament de Tarragona. Esta falta de criterio o lo que está de moda en llamar “hoja de ruta” se está viendo muy bien reflejada en todo el asunto de los despidos masivos de finales del verano y en cómo ha respondido el Ajuntament, o mejor dicho en cómo no ha respondido.
El pasado septiembre fuimos despedidos ilegalmente 25 trabajadores y trabajadoras de los recintos Patrimonio de la Humanidad, por la aplicación de una claúsula ilegal que convierte un contrato de interinidad en un contrato temporal. De nada sirvió el reconocimiento de dicha ilegalidad por parte de la unanimidad de los grupos de la oposición, ni las mociones que se aprobaron para nuestra readmisión. Tampoco valieron para nada las reuniones con la regidora de Recursos Humanos, a las cuales acudía con las manos atadas para tomar una decisión por ella misma y que sólo sirvieron para intentar convencernos de la cuadratura del círculo, o sea que un contrato puede ser indefinido y temporal a la vez.
Alguien decide que es mejor seguir adelante con una política de dejar sin efectivos suficientes al personal que asumir el error y readmitir a los cesados. Y digo alguien porque no alcanzo a entender quien gobierna de verdad en el Ajuntament. Desde luego, la persona que debería dirigir el Museo de Historia no es, dado que el Sr. Director Lluis Balart ya emitió un informe conforme debíamos seguir en nuestro puesto de trabajo. Informe que fue ignorado. Tampoco debe ser el mismísimo Alcade, Josep Felix Ballesteros. El Alcalde manifestó públicamente en una entrevista al diario digital Circ de Tarragona, respecto a nuestra situación: “Aixó ho arreglarem (…) i els recuperarem. I és veritat que es un problema nostre de gestió, del Museu d’Història que no va fer be la gestió, i no hauría de haver passat i ho reconeig”. Ante esas palabras tan contundentes, y que no dejan el más mínimo espacio a interpretación, cabría esperar una solución a nuestros problemas, teniendo en cuenta que las dicta la persona con mayor poder de decisión en la administración local.
Desgraciadamente no ha sido así. La respuesta del Ajuntament no tiene nada que ver con lo expresado por el Alcalde. Hemos empezado a recibir la respuesta a nuestros recursos, y la respuesta es la reafirmación de que nuestro cese es legal. Paralelamente, tampoco se está haciendo nada para aumentar la plantilla y que nos puedan volver a llamar con un nuevo contrato. Más bien todo lo contrario, suenan voces que los dos turnos actuales de personal se reducirán a uno y no se concederan permisos por Navidad para los que trabajan actualmente. Y como si no quieres caldo, toma dos tazas, se sacan de la manga una medida ilegal y prohiben que en los recintos se use la moneda de curso legal y sólo se permitan tarjetas bancarias. Y así de paso se ahorran los complementos que les pagan a los funcionarios por manejar dinero en efectivo, y apretamos un poco más las tuercas al personal.
La cosa esta así, una falta total de voluntad de arreglar la situación por las buenas y una absoluta impresión de falta de criterio con un Ajuntament que va dando palos de ciego y emite comunicados que no firma nadie y donde la regidora de Patrimoni tampoco parece tener nada que decir.
Mayoría de edad de la declaración pero la gestión está a nivel de parvulos.
César POCIÑA
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